29 Abr 2024

291. POESÍA DOMINICANA. MARIANELA MEDRANO

-05 Sep 2021

 

ORÍGENES

 

Eva mordió la fruta.

Desde entonces somos prohibidas.

Ahora, hemos descubierto las granadas,

hemos pasado el secreto a nuestro linaje.

No tenemos nada de qué avergonzarnos

somos sus hijas.

Goteamos la sangre del pacto

para el perdón de todos los pecados,

para que los hombres puedan ser hombres

entre las madres de los hombres.

 

 

YISCAH SARAI SARAH

 

Y aquí estoy Abraham

la hija de Haran,

ya no más Yiscah, belleza para ver.

Soy la princesa de mi pueblo

una morada para mi nación,

la madre de todos.

Ven, levantemos la casa juntos.

Ya no soy belleza para contemplar,

soy pan y leche para alimentar a la humanidad.

Aquí está Hagar.

Mi vientre es un desierto

por el que te sigo.

Me encuentro a mí misma.

No me llames Sarai, porque Sarah es ahora mi nombre.

Cuando lancé a Isaac al mundo

mi cabello se volvió negro de nuevo,

la maldición me dispensó el dolor.

Soy el pecho del que todos los grandes hombres se amamantan.

Yo, soy la voz de Canaán

haciendo eco de mi alma al penetrarte.

 

 

DEFECTO DE LA DIABLITA 

 

El pacto lo hice con el fuego.

Quémame, quémame, quémame

mientras rebusco

mientras me balanceo.

El fuego sintió miedo

 

 

DES/ARRAIGAR

 

Raíz invertida quiero crecerte Madre   

ascenderte de una punta hasta la otra infinita.

Preludiando voces en pasadizos callados 

fijar en la memoria tu rabia sosegada.

 

¿Cómo será navegar la corriente amniótica  

de tus tantos desgarros?

Tal vez a un descuido de mi padre plantarme semilla

crecida en raíz andarte entera al andarme.

 

Quiero andarte raíz, Madre,

los lugares rotos que tus torpes dedos zurcen.

Yo, hija extravagante que al futuro engancha su navío

me anclo en ti.

A mi entraña profunda un recuerdo tangible se pega.

 

Madre, tú y yo hemos crecido

exiliadas en latente soledad de multitudes.

Solas en el desamor del éxodo

en este ir sin movimientos.

Casi no nos vemos en el abrazo

sin embargo vuelvo

siempre he de volver.

 

¿Cómo será crecerme en ti Madre?

En el ángulo de tus piernas beber el líquido

que la pasión de mi padre derramó.

¿Cómo será verte desde dentro hasta afuera

andarte la rabia extraviada en sonrisa pasiva?

 

Quiero extenderme dentro, Madre,

raíz invertida partiendo silencios

crecernos árboles de naturaleza fuerte.

¿Cómo será crecernos juntas?

 

 

CRUZANDO EL MASACRE

 

A los cinco yo sabía todo acerca de la guerra

y acerca de paseos por los llanos

bajo el abrazo ocre del sol.

Yo sabía que era una guerrera

solamente las guerreras entienden que el Masacre

fluye para un lado y luego para el otro.

 

Cada vez que sepárabamos las aguas

mi padre sonreía y decía

"así es como conocemos a Dios"

sus palabras saltaban de lado a lado.

Mi voz se aferraba de las montañas con fuerza.

 

Si escribes un poema, decía

que de aletazos de allá para acá

entonces podríamos separar las agua de nuevo.

Así que seguí escribiendo sobre la suavidad rizada

soplando ondulaciones

mi poema, una burbuja voluminosa de espuma creciente.

 

El eco de Papá Doc grita desde el palacio

se filtra a través de los huesos

de perros negros muertos

su pelambrera se derrama y cubre

las curvas hinchadas de Haití.

Ella, llora por todos sus hijos muertos

los de aquí y los de allá.

 

Yo soy esa que está en la cubierta

mientras el barco parte las aguas rojas.

Soy la que escribe este poema

que enlaza desde allá hasta aquí

pero allá como aquí son solo abstracciones.

Hay peces pequeños que saltan a bordo

lamentándose por lo que llevo conmigo.

 

Escucha mi súplica

si vas allá o si vienes aquí

te van a seducir los cuerpos descompuestos.

La mano enérgica de la dictadura

te va a doblar sin misericordia

vas a beber rojo una y otra vez.

Una sed insaciable cantará

su canción solitaria en tu garganta.

 

Los Tonton Macoutes derribarán tu casa

Papá Doc te matará

con una mirada de sus espejuelos.

yo ya lo sabía a las cinco.

 

Las caravanas de mujeres caminan sobre el agua

todas llevan pañuelos rojos

que flotan como banderas al viento

banderas rojas ondeando tristezas.

Mis ojos se sumergen en busca de esqueletos

soy una guerrera. No lo olvides.

 

Pero incluso aquí en lo alto de la cubierta

estoy en peligro de morir también

Papá Doc puede dar vueltas a su cabeza y dispararme

con sus gafas negras.

 

Este poema sigue cantando la devastación

de la tierra y lo veo.

Soy todas las niñas de los bateyes

nuestras madres cruzan el río

formando recuerdos rojos.

 

Bailamos en el diluvio alucinante de la pena

el oleaje acribilla los cuerpos de dos doncellas.

Mírame ahora aparecer con mi propia cara

y bailar sola

el dolor de Haití desgarrando a la guerrera que soy.

 

No puedo oír bien lo que tengo que decir

pero ya no puedo pretender que Dios me ilumina

estoy sorda, ciega, sin aliento.

 

Escribo

deja que las flores suban desde el fondo del río

deja que las cayenas florezcan sólo para ellos

deja que este poema cante la vergüenza

cante la vergüenza. Cante la vergüenza.

 

Así es como conocemos a Dios.

 

 

EL CORTE

 

La Masacre de Perejil también se conoce como El Corte entre los dominicanos y como Kouto-a (el cuchillo) entre los haitianos. La Masacre de Perejil se refiere a un genocidio patrocinado por el gobierno en octubre de 1937, por orden directa del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo quien ordenó la ejecución de la población haitiana que vivía en la zona fronteriza con Haití. 20.000 civiles haitianos fueron asesinados durante aproximadamente cinco días.

 

Veinte mil lenguas doblegadas

despiertan en el fondo del Masacre

en filas imperfectas marchan hacia el

Palacio Presidencial de Santo Domingo.

El Generalísimo, temeroso de su propia sombra

ruega a la luna por luz blanca

se empolva la cara en agonía.

¿Su mayor miedo?

la fermentación de pieles y huesos

el levantamiento repentino de sus ancestros.

 

Veinte mil lenguas doblegadas

dentro de su uniforme de estilo francés

derriban el palacio ladrillo a ladrillo.

 

¿Cómo romper la maldición—impedir que su sombra dibuje maniquies?

Ataviado de blanco sus garras salen a violar vírgenes

su bastón caña de azúcar hace hoyos

infestados de venenos en el cuerpo débil de la isla.

 

Él tira basura sobre la tierra

tira basura sobre la tierra

tira basura sobre la tierra

¿O es que el crimen insondable

fertiliza la conciencia de aquellos que tienen una?

 

¿Deberíamos hacer figuras rígidas de cera en miniatures del General?

menos su pene triste, por supuesto

¿Y qué haríamos, quemarlas a orillas del Masacre?

 

Cada mujer que violó

cada hombre que hirió para filtrarle su odio

surge de la muerte.

¿Ven las figuras hermosas que emergen

desde el fondo de los tiempos?

cada una queda enyesada con fuerza

en el corazón de la otra.

 

Vengan, vengan, vengan a ver la isla de la fantasía

donde la historia zumba como un dragón domesticado.

Tenemos la costumbre

de llevar a nuestros muertos con nosotros

se adhieren a la parte inferior de la lengua.

Cantamos con ellos desde la aurora

hasta la puesta del sol.

Se levantan desde el fondo del Masacre.

No enterramos a nuestros muertos. No, nunca.

 

 

Marianela Medrano (República Dominicana). Poeta y escritora de no ficción y ficción, tiene un doctorado en psicología. Su obra literaria ha aparecido en numerosas antologías y revistas en América Latina, Europa y los Estados Unidos. Publicaciones: Oficio de Vivir (1986), Los Alegres Ojos de la Tristeza (1987), Regando Esencias / The Scent of Waiting (1998), Curada de Espantos (2002), Diosas de la Yuca (2011), Prietica (2013), Rooting (2017). El nuevo libro de revelaciones (2019). Su poesía ha sido traducida al italiano y al francés. Su obra también aparece en revistas literarias y revistas académicas internacionales.

 



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