02 May 2024

421. POESÍA COSTARRICENSE. PABLO ROJAS

-04 Abr 2022

 

SOBRE LAS OLAS

 

 If it form the one landscape that we, the inconstant ones,
Are consistently homesick for, this is chiefly
Because it dissolves in water.
H. Auden

  

Platón era ofrecido como esclavo

en las costas de Siracusa

mientras Aristipo se dejaba escupir

por el tirano

porque para atrapar a una ballena

hay que estar dispuesto a mojarse.

 

Aristipo crió una hija filósofa

que fue la luz de los cirenaicos:

ARETA.

Platón se salvó

por poco de ser vendido,

y regresaría luego a Siracusa,

porque la sabiduría

no carece de candidez.

 

Platón, Aristipo, Areta…

son mis refugios morales,

acudo a ellos cuando todo lo demás oscurece.

La memoria llega hasta ahí,

reflotando en un paisaje de mármol

que no cuenta historias sino proporciones.

 

Uno nunca se pregunta qué haría su mano

si pudiera robar,

ni prepara un viaje para cambiar de espesura;

en cambio, erige un resguardo melancólico

que acaba siempre en el agua,

la única filosofía que nos preparó para el encierro,

única dicha imperturbable,

la que viene de un pasado no vivido.

 

Quizá todo sucede en la memoria porque sí,

como el poema,

sobre las olas.

 

 

DICTADO

 

                                    a Darío

 

El juego es simple:

algo o alguien nos dicta las palabras

y debemos escribirlas bien.

 

Te veo dibujando cada letra

con el desgano que sigue

a la obligación,

y pienso en cuánto nos parecemos:

a los dos nos cuesta tanto escribir.

 

No puedo culparte,

no puedo exigirte

lo que a mí mismo me falta.

Me resignaré a tus dictados incompletos

de la misma forma en que me perdono

tantos poemas que no pasan de la intención.

 

Pero será nuestro secreto

pues la esperanza de todos

es que los dos aprendamos

alguna vez a escribir bien.

 

Nadie conoce el escurridizo tránsito

que hay entre el ojo y la mano,

los pájaros que nos cierran el paso,

lo que duele un borrón,

el hambre que provoca el tedio,

los diablos rabiosos

que nos bailan en la cabeza

cada vez que nos sentamos.

 

Nadie sabe que nos cuesta una vida

hacer lo que se supone.

 

Pero volvamos a trabajar

que ya se hace tarde.

Por el momento

será mejor para los dos

que olvidemos el reclamo:

cuándo aprenderemos a escribir bien

y lo que cuesta.

 

 

BARRIOS DEL SUR

 

Las ventanas deshilachadas,

las cantinas de humo,

las niñas viudas,

las pulperías donde el pan es pan

y el vino, vino.

 

El viejo que cruza y cruza la mirada,

el lobo al pie de las verjas,

el mandamiento del hambre,

el cielo baldío,

el tiempo que no pasa,

el tiempo que no llega,

el tiempo que no alcanza.

 

Camino sobre la tumba austral

de mil muertes laborables.

 

 

FRATERNIDAD

 

Desperté sobre la palma salada de la suerte

rodeado de esa sal no comestible 

que dejan los sueños que se ahogan

en horas inmerecidas.

 

Pero el hambre acaba cuando llega la noche,

esa cueva donde ocultar

nuestras inconsecuencias,

donde se funden nuestras sombras

y fraternizan las tinieblas.

 

Es ahí donde sentimos

la humanidad más cerca,

en esa cumbre alta y sola

que sabe ser altiva y paciente.

 

Para qué tanto ardor en la vigilia,

tanto calor malgastado en el día.

 

 

NAUFRAGIO

 

Los viejos juegan

a descubrir el pasado

mientras se atoran en la vida

como una tuerca oxidada.

 

No hay noticia del cielo

pero no hace falta,

hemos aprendido a navegar

en medio de la niebla,

hemos abierto la piel

y la sal nos despertó.

 

La historia

se encargó de revolvernos

–esa fricción sobre el vacío–

 

¡Para qué tanta glosa!

Al final,

queda un ruido de mármol

dilatado en el ojo del muerto.

 

 

BARRIOS DEL SUR

 

Las ventanas deshilachadas,

las cantinas de humo,

las niñas viudas,

las pulperías donde el pan es pan

y el vino, vino.

 

El viejo que cruza y cruza la mirada,

el lobo al pie de las verjas,

el mandamiento del hambre,

el cielo baldío,

el tiempo que no pasa,

el tiempo que no llega,

el tiempo que no alcanza.

 

Camino sobre la tumba austral

de mil muertes laborables.

 

Inéditos

 

 

Pablo Rojas (Costar Rica) Escritor y diseñador. Actualmente, dirige el Centro Cultural San José. En 2018, publicó su poemario Cuarto de máquinas, con editorial Arlekín. 



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