26 Abr 2024

1. DENISSE ESPAÑOL. DE CASAS-POEMAS Y ANIMALES COTIDIANOS

-15 Jun 2020

De casas-poemas y animales cotidianos

 

Javier Alvarado entrevista a Denisse Español, poeta dominicana. 

 

Mi cuerpo

memoria y cambio.

Me releo

descifro los mensajes de la penumbra

muto

balanceándome sobre la arena

serpiente inevitable. 

DENISSE ESPAÑOL

 

 

¿Puedes rememorar algún episodio en tu niñez, adolescencia o juventud temprana con la poesía?

 

En conversaciones con mi madre ella reconoce que siempre fui una niña diferente, muy reflexiva, muy observadora. Algo que recuerdo con mucho cariño, y siento como un recuerdo poético, es que después de realizar mis deberes, cada tarde, subía a un gran árbol que estaba al frente de la casa y allí pasaba las horas, contemplando, meciéndome con el vaivén de las ramas.

 

 

En la literatura dominicana existen poetas referentes como Salomé Ureña, Pedro Mir, Manuel del Cabral, Manuel Rueda, Alexis Gómez Rosa (recientemente fallecido), José Mármol, por mencionar a algunos, que han construido una poética desde la insularidad. Leyendo tus poemarios y publicaciones, es evidente que esa condición de isla te persigue. ¿Consideras que este sustrato literario es innegable?

 

Haces un recorrido interesante al mencionar a todos estos poetas ilustres de la isla. Todos, en su conjunto, son lumbreras y ejemplos para seguir, poetas dignos de ser buscados por aquellos que no los conocen. Cada uno en su época de desarrollo significó, o significa aún, un gran paso para las letras dominicanas. El tema de la insularidad que mencionas es un tema tratado por todos ellos y es un tópico recurrente que visita la poética nacional. La insularidad en nuestro caso es un hecho, no representa un sueño o un anhelo, es una realidad palpable. Tarde o temprano cada artista enfrenta, a su manera, la relación personal con el mar, ese mar que nos separa y a la vez nos une al mundo. Como bien lo diría Salomé:

“Nunca abandonan las golondrinas

por otras playas mi hogar feliz:

que en anchas grutas al mar vecinas

su nido arrullan, de algas marinas,

rumor de espumas y auras de abril”

O como lo interpretaría lúdicamente nuestro poeta Pedro Mir en “Cita marinera con mujer imaginaria”:

"La mar ardía en azules

con una blanca humareda.

 Tú traías tu traje a espuma,

 yo mi pantalón a vela.

 

Olía toda la tarde

a pescadores y almejas,

 a red, a goletas.

 

Algo como un naufragio oportuno

se estremeció en nuestras venas,

y apagando los ojos y arrastrándonos

conjugamos de pronto el verbo arena"

Igualmente, el poeta José Mármol, líder de la generación del 80 ganó un premio de Casa las Américas con un poemario llamado Leguaje de mar, digno de ser visitado. Así también he enfrentado mi posición de isleña en mi poesía y es un tema que quisiera seguir profundizando en el futuro.

 

 

Dentro de la literatura escrita por mujeres en Quisqueya, el nombre de Aída Cartagena Portalatín es insoslayable. Tengo entendido que para tu maestría en literatura hispanoamericana trabajaste su poética.  ¿Qué valores estéticos o tópicos resaltas en su obra? ¿Sus poemas sobre la condición femenina y su visión social te han influido?

 

Aída es una influencia innegable, para todo escritor dominicano o, para no generalizar, podríamos decir que para toda escritora dominicana. Aída Cartagena Portalatín, única mujer integrante del movimiento de la Poesía Sorprendida, presidida por Franklin Mieses Burgos, encuentra su lugar de importancia en la poesía y el respeto de sus pares, todos hombres, debido a la calidad de sus versos.

       Pero Aída no se queda solo en la Poesía Sorprendida, su evolución poética es intensa, con un trabajo constante, digno de admiración. Su palabra va evolucionando desde lo íntimo hasta lo colectivo abarcando poesía social e investigaciones del lenguaje y palabra.

       Son vastos los valores que podemos encontrar en su poética, sin embargo, lo que más resalto de ella, es su deseo de cambio y evolución, así como el hecho de no tener miedo a decir y a expresar su pensar mediante la poesía.

       Claro que Aída ha influido en mí. El hecho de haber tenido el privilegio de desmenuzar su obra para poder estudiarla, buscar entrevistas y conocerla también como ser humano me convierte en su discípula, en cierto sentido. Su poesía es implacable, es un rayo de luz.

       Después de estudiarla escribí un poemario bajo su sombra y en su honor. Es un libro que está en proceso de revisión, pero es un texto muy querido. Aída con su fuerza me ayudó a escribirlo.

 

 

¿Tienes alguna rutina de trabajo establecida? ¿Cómo llegas al poema?

 

Tengo varias maneras de llegar al poema, y sobre todo a través de la lectura. Pero algo muy especial que sucede en mi relación con la poesía, es que se presenta de manera contundente y cambia mi estado de ánimo. Anuncia claramente el momento de la escritura. Es una sintonía, podría decirse, con el universo, una forma precisa de ver las cosas y absorber aquello que te rodea. Digamos que paso del estado automático de la labor diaria a un estado que permite la contemplación espontánea y la posibilidad del asombro.

 

 

Eres de profesión arquitecta y tienes un poemario con dos ediciones, una en tu país y otra en Costa Rica; hablamos de Una casa en la palma de tu mano.  En Punta Cana realizas proyectos habitacionales. ¿Aquí la arquitecta quiso llevar una casa a la poesía?   Cuéntanos cómo fue el proceso con este libro.  

 

Sí. El germen de este libro surge a través de mis conversaciones con Lina de Feria en el Festival de Poesía de Puerto Rico en el 2015. Ella me estuvo contando de sus fórmulas para gestar libros, de cómo los arma por temática y cómo realiza investigaciones alrededor de un tema. Y yo tenia hace tiempo la idea lejana de trabajar el cuerpo en mi poesía, porque desde mi punto de vista particular, es el territorio común entre la poesía y la arquitectura.

       A partir de esa guía y de unos cursos que hice acerca de la poética del cuerpo, se fue armando el libro. Decidí presentarlo a modo de libro de arquitectura, aunque en su interior habla del cuerpo y del paralelismo espacial de los estados de ánimo y los distintos tipos de espacios. Por ejemplo, los poemas más personales, hasta un poco sensuales, se presentan en la sección llamada Espacios íntimos. Los poemas de crecimiento, expansión del alma, de sentimientos que podrían resultar colectivos, se encuentran en la sección llamada Gran escala y así se va desarrollando ese poemario.

 

 

En tu poemario Sinfonía de la sal hay una rebeldía innata en sus poemas; un canto femenino desde tu yo hasta lo colectivo. Hay una mutación en dos vías de lo humano a lo animal y de lo animal a lo humano. ¿Cuál es el motivo de la reiteración sobre esta dualidad? 

 

Porque no somos una sola persona, somos seres múltiples enriquecidos en nosotros mismos y en constante evolución. Esos otros aspectos de nuestro ser suelen ser ese lado que no presentas a cada momento y al que yo llamo “el animal”.

       En mi caso la poesía me brinda ese escape, esa posibilidad de expresarme en todos los posibles planos que soy. Y aunque mi labor profesional lleva una carga muy fuerte de creatividad, es en la poesía donde borro todos los límites. Donde hago las preguntas que quizás no tengan respuestas. Donde sencillamente planteo todos esos puntos de vista que son una rebelión frente a la estructura que la vida ha planteado.

 

Una muestra de Sinfonía de la sal

 

 

Las batallas donde me pierdo

 

I

Creo ser el monstruo

una máquina de sigilosa mordida

las huellas tras mis pasos

entonan aún

el primer grito.

Persigo la amnesia

me pierdo en el fango

y cuando creo encontrarme

soy

esa mujer a la que temo.

 

II

Si desmenuzo el espacio

¿regresarás bajo la asfixia?

Todavía merodean preguntas

acerca del tiempo y sus bromas.

Una vez más quisiera saber quién soy.

 

 

Dolores

 

A los amigos de FIPPR del 2016

 

Mansamente, insoportablemente, me dueles.

Toma mi cabeza. Córtame el cuello.

JAIME SABINES

 

Antes

cuando te fundías

con la palabra recuerdo

me dolían las manos.

Verte en mi mente era

retorcerme los huesos

uno a uno

los dedos rotos.

Hoy

también me duelen las piernas.

La imposibilidad lapida las acciones

su ironía

se avalancha sobre los minutos

mientras la carne llora.

Ya no voy a caminar

mis suelas son cantos vivos

se desbordan en las pisadas.

No voy a escribir una palabra más

mis manos agonizaron ayer

sentadas en la última estación

del ansia.

El pesar del espejismo iza su paño

los quejidos de mis pedazos

prevalecen.

Puedo escuchar sus gritos

desde el balde triste. 

 

 

Denisse Español (República Dominicana, 1975) es poeta, narradora, ensayista y arquitecta. Cursó las maestrías en Arquitectura Crítica y Proyectos (Universidad Politécnica de Cataluña) y en Estudios Avanzados en Literatura Española e Hispanoamericana (Universidad de Barcelona). Autora de los poemarios Mañana es ningún día (2013) (Editorial Santuario, 2013) y Una casa en la palma de tu mano (Editorial Mediaisla, 2016) y una versión centroamericana del mismo con la editorial Casa de Poesía gestionada por el Festival Internacional de Poesía de Costa Rica 2016. También tiene publicados los cuadernillos No conozco el cartero (2016) y Cartemas (2018) de la colección Playa Sucia, ambos editados por el proyecto editorial La Chifurnia en asociación con el Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico. Ha publicado ensayos críticos y literarios en diversos diarios y revistas nacionales e internacionales. Muestra de su poesía se ha publicado en varios medios impresos y digitales. Responsable del Rincón Cultural de la revista Zona Este del Listín Diario. Fundadora del grupo literario-multidisciplinario Café de Artistas de Punta Cana y organizadora del recital poético anual de la misma localidad. Ha participado en diversos festivales internacionales de poesía.

 



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