25 Abr 2024

31. DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER 2020

-25 Nov 2020

 

Nueva York, a 25 de noviembre de 2020.

 

Hoy, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el poeta panameño Javier Alvarado nos comparte su poema “Mirabilia de las hermanas Mirabal”, en memoria de las hermanas dominicanas que, hace 60 años, fueron asesinadas por oponerse a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo.

 

 

MIRABILIA DE LAS HERMANAS MIRABAL *

  

A Anthony Javier Alvarado Reyes, mi sobrino, mitad panameño, mitad dominicano.

  

las Mirabal cayeron de cara a las estrellas

las Mirabal revolotearon de cara a la historia y a la literatura latinoamericana

 

 

Deberíamos decir que queremos entrar en la isla,

Que preguntamos por algunos nombres

Y estos no aparecen.

  (Un pulpo de tentáculos mordidos,

Un racimo primigenio) (muy adentro) (destazado),

Un archipiélago metafórico

 (Una bahía sedienta en la conjetura taína del delfín)

Conmutados a los listados negros, a los subterfugios de la piedra,

A la sentencia gualda de todas las inscripciones, (de toda agonía

Sobre los pájaros inversos)

 Como el himeneo de los erizos y de las atarrayas respiradas en el mar,

Que hay un coro de ciguas palmeras y un aviso de armería;

Que hay una casa destellando en su interlunaria forma.  Más que una casa

Es un malecón por donde camino  atesorando las preguntas.

Cada palabra que dejo es un infante acomodado en una telaraña.

Copio y escribo con una punzada de remo. 

Un balbuceo retórico contra las calles empolvadas.  Hay cierta inmisericordia

En las acciones de la siembra; una piel que entra en el horno de las panaderías.

Hay detrás de mí un licor de burbujas y una placenta de madre,

Un manatí antillano que nada en mi corazón marcando las líneas de la noche.

 

Este es un país con sus familias zurcidas por las costureras del hibisco y el vapor de las vendimias

Atestados  contra las crestas del monte

Y un puñado de lágrimas;

 Con sus mujeres y sus niños que versifican en la piel de los cañamelares

Y con hombres que se arrodillaron  y contemplaron todo un universo de canoas

Con sus ofrendas y espíritus ardiendo

Con melanomas de cánticos y con toda una legión de corales y de sangre sumergida.

 

Decidme entonces dónde están las Mirabal

Dónde están con todas sus bocas

Con todas sus manos.  Decidme dónde está ese país en el mundo, donde está esa ala de murciélago,

Dónde están esos ojos de agua pura, esos ojos en Salcedo

Dónde están esas mujeres

Que van dejando un banderín en cada puerto

Que van espolvoreando la flor de la banana por los campos

 

Muchos han dicho aquí están ellas

Con su apellido Mirabal

Y con sus caras ladeando la bandera

 

Yo las veo revolotear y las descubro

 

A Panamá han venido a planificar el viaje y la abundancia

Rielan en la penumbra   se desviven por ladear las costas

Por indagar el Caribe y volver a Las Antillas

 

República Dominicana las ve venir, las ve alejarse

Ellas también se orientan con las migraciones de las mariposas

Con las conflagraciones del color y sus monarcas

 

República Dominicana se parte con Haití en el mismo trayecto del sol

Son tres mujeres haciendo barricadas en este territorio

Son tres mujeres con sus danzas de Anaísa               con sus oraciones dominicas

María Teresa en lo blanco,

Minerva en lo rojo,

Patria en lo Azul

Y a lo largo de toda la isla las Mirabal son mariposas saladas

Que devienen de las alegorías y los rituales  en el mar

 

Ellas se quedaron allí en la amplia noche, en el día para siempre

Levitando como sargazos o gaviotas o como ensenadas de sangre,

Quebraron las espadillas en la espuma y en la nave hay un dolor batiendo

Sus espuelas,

Como un golpe sobre otro golpe

Como una muerte sobre una muerte enroscando la soga

Con una estrategia del rencor para derribar la  palma de catey,

Para abrir una trocha de llanto entre los páramos que preguntan por la máscara sin ojos

Por estas hermanas mías que siguen multiplicándose en la yerba

 

 

Allí donde siguen orientando al faro y a los barcos con sus fragatas de media tarde,

Allí donde los pájaros toman sus voces y acuden a encender la rebelión en los macizos montañosos

Allí donde mi amor las encuentra y las convoca con todo el hervor de los macizos montañosos

En el Alto de la Bandera drapeando multicolormente,

En el Cerro Frío drapeando multicolormente,

En Diego de Ocampo drapeando multicolormente,

En Pico Duarte drapeando multicolormente,

Y en la Nalga de Maco drapeando multicolormente

Cuando vi muchachos y muchachas dominicanos agrietarse los ojos,

Los vi perder las branquias y llamarme así de garrotazo fundando la libertad en las calles,

Aquí me levanté y aquí nos dieron con leños y nos torturaron,

No clavaron espinas en la lengua, nos quemaron los dedos y cantamos hasta encontrar el himno de la nómina,

Nos arrancaron las uñas con pinzas y así seguimos deletreando las partituras de la patria,

Todos seguíamos como esa alza de los  vivos, de las jaulas muertas,

De los sacrificios humanos por la brutalidad (Anacaona, Bochechío, los caciques,

 Los nitaínos, los behiques, los naborías,

De los sacrificios humanos por las contradicciones del poder)

 

Arde mi casa por el poder de un solo hombre,

Arden las doncellas por el poder de un solo hombre

Arden los peces colmados de ciguateras por el poder un solo hombre

 

Llora esta vez por el contagio.  Te quedarás allí mirándome

Para siempre como la niña en el velador, como la juventud

Intrínseca en la rosa quemada del espejo.  El amor perdurará

Como una casa en la sangre, como si fuese necesaria la noche

Para que arda el cañaveral y no estén muertas, para que sea necesario el día

Para que caigan algunos planetas y haya la certeza de que el mar

Sigue en pie, en este archipiélago de alcohol, en esta continuidad que espolvorea

La rotación de las islas.

 

Y llegue al fin donde estaban los hombres, donde estaban las mujeres golpeadas en las cárceles,

Donde estaba el yunque y el martillo sobre las cabezas,

Donde estuvo la navaja enfilada a las yugulares de los niños

Donde está el pueblo ensangrentado redimiendo la espiritualidad en el mercado

-había guardias y soldados colocando embudos en las bocas de las gentes y llenándonos de agua

-había un hombre enmascarado colocando el tortor en los testículos y los gritos se apilaban como montículos de agua

-el tortor en el cuello dejaba escapar una palabra seguida por un golpe de mar y de huracán, preguntando por la madre de los truenos,

En la 40 y en la 9 nos colocaban en la electricidad de la palabra culo en una silla de llamas,

Las astillas de cuaba, las astillas de cuaba, las astillas de cuaba en los ojos, en las manos y en los huesos,

El canta claro con sus páramos de piel, la piel humana en las manos de los esbirros asesinos

Porque yo me quedé con ellas junto a ese mar

Donde se desbarrancaron las heroínas de la patria, rodaron y se hicieron criaturas saladas

De la libertad,

Porque esas criaturas saladas apilaron lingotes de libertad

Y fueron mujeres de mar, mariposas de mar

Que colmaron los cielos y hogares de provincia,

Árboles cascabeleantes en un amanecer de Puerto Plata,

Llaves ultramarinas de tormenta en Estero Hondo, en Maimón

Un estribillo de furia en las jarcias del salitre.

 

Las fueron acorralando a las mariposas en su regreso hacia las fulguraciones de la ciénaga,

Intentaron doblar sus alas con imantaciones de puños

Siguieron visitando las cárceles, siguieron pegando propagandas de protesta en las paredes y en las ventanas,

Siguieron esparciendo sus ideales como esplendorosas cabelleras con rituales de hojas

Si reventamos como siempre, como las frutas contra los canastos,

Si gritamos como las aves salpicando con sangre las residencias en el mar, las avenidas de Santo Domingo

 

Vinieron como huracanes las mariposas a Dominicana

Se   multiplicaron   por las ensenadas, por las costas

Aprenden a durarse por las diatribas de la isla, el sincretismo, el color de las almas

Y la religión,

Aprenden a aletear sobre las hogueras de agua de los ríos,

Por las caídas de agua que se van de bruces al mar, a las estrellas repetitivas de las olas, llegando a ese espolvorear de las frutas y las repeticiones de los dioses

Como un canasto de calamares, como un canasto de peces en las manos de una mujer blanca,

Como un canasto de cangrejos en las manos de una mujer negra

Aporreando  la luz en la bruma del cuero, en la boca del tambor y su tambora

Su repercusión de oro, sus trepidaciones de plata

En el gineceo de la perlas

 

Quedan Patria, Minerva, María Teresa

Desbordando con sus alas de agua las venas de agua que van a dar al Caribe

 

La rebelión del fuego, el papel de la letra en la bala sagrada en el pecho de la cordillera dentro de nosotros

&

 

Aquí por este barranco, por este despeñadero

Me llamaron las heroínas de la patria

Y aquí está el pueblo dominicano

Los blancos, los negros, los mestizos, los mulatos

 

 

(que no pueden
resistir
la muerte
de ciertas
mariposas

ay, Pedro Mir)

 

La muerta de ciertas mariposas está en la tierra, la muerte de ciertas mariposas está en el agua

La muerta de ciertas mariposas está en los caracoles y en las palmas de catey

La muerte de ciertas mariposas está en los bailes de salón y en las bachatas

La muerte de ciertas mariposas está en los merengues y en los pericos ripiaos  que no  pueden soportar  la muerte de ciertas mariposas

La muerte de ciertas mariposas está en mi cabeza y no lo puedo soportar

La muerte de ciertas mariposas está en mi mano y no lo puedo soportar

 

&entonces

 

Las Mariposas confiesan que son mariposas,

Las mariposas confiesan que tienen órganos y sentimientos de mujer

Las Mariposas tienen antenas y ojos de abogadas

Las mariposas tienen senos y placentas de mujer

Las mariposas aducen que son partidarias de las flores

Las mariposas incuban hijos en sus vientres

Las mariposas afirman que son solidarias al color

Las mariposas niegan el totalitarismo del poder

Y explotan en orugas de libertad y reafirman que son partidarias de las flores

Las mariposas seguirán drapeando tricolormente en la bandera

Las mariposas seguirán drapeando en República Dominicana

Las mariposas seguirán revoloteando de cara a las estrellas

De cara a la historia y de cara a la literatura latinoamericana.

 

 

*Intertextos y alusiones a poemas de Pedro Mir, Carmen Natalia Martínez y Aida Cartagena Portalatin.

 



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