10 Dic 2024

271. POESÍA CHILENA. AGUSTIN BENELLI

-09 Ago 2021
Poesía

 

POEMA

 

Un segmento de espacio y tiempo en el río lingüístico

desde donde lo hemos llamado

a la existencia

objeto

bidimensional en la hoja de papel

tridimensional en la voz del poeta

no como un inventario sino la residencia del asombro

o la incertidumbre que nos otorga a veces el amanecer.

 

Resonancia de la sangre

en la corriente pulsatoria del oyente o del lector

hermanada con nuestros sueños y sentimientos.

El poema y la exégesis de versos a veces inconmensurables

con figuras capaces de anudar pensamientos nunca imaginados

que acoge episodios felices o traumáticos

o preguntas imposibles.

 

En la voz hay un poema que siempre convoca

o balbucea la existencia

ese río que nos hace respirar por un instante.

Poema o expresiones sustentadas en metáforas

para exorcizar el dolor o añadir belleza donde hay tanta injusticia.

 

El poema esa red elaborada para capturar la poesía

en pequeñas gotas

océanos que podrían desbordar la escritura

y hacernos caer de rodillas.

Poesía que es tan difícil de explicar

pero que ilumina el cosmos

Porque poesía eres tú oh Dios.

 

 

ALGO SABÍA

 

La voz en la radio y mi madre

esa tarde de domingo en su casa en su aire

y el poeta con su mapa

pasajero de una nueva cartografía.

 

Y yo supuse que algo sabía del paisaje

porque un hilo rojo subrayaba

lo del texto en miniatura.

 

Caín en el tedio de la tarde

los dedos y su máquina de negación.

 

 

Pero la gatita era la luz

de otra historia

en el mes de los gatos.

 

Como aquel flashback

de la cara de la gata regalona de mi madre

que

caía

en el piso

y sus pelos volaban cuesta arriba

o cuesta abajo.

 

En aquel tiempo

yo indagaba sobre el azul

y me preguntaba si alguien había osado desenmascarar

las paredes de los cuartos de la ciudad

con la insondable luz de las estrellas.

 

Recuerdo que fue un día

cuando intentaba reunir algunas imágenes en un papel.

Cuando me perdía

en los pisos superiores

de un edificio

donde a duras penas el órgano urbano

alcanzaba el oxígeno.

 

Donde la noche es un poema

que nunca imaginé escribir.

Ese vuelo que lleva

tu cuerpo fragmentado a mi lecho en caída libre.

Esa loca sombra de tu costilla

amada mía.

 

Acaso eres la musa

que amo a la intemperie?

 

(Arqueología pura me dije)

Y yo sostenía así

la emoción

de saber definitivamente

que un poema

puede esconder luciérnagas

y que la noche espejea inmensa en el universo

donde somos o seremos

uno en la nada.

 

 

NO NEGARÉ LO INÚTIL DE LA TAREA

 

Sucedió en enero de 2014

en esos días yo corría por amor contra el viento

temiendo que el aire se lo llevaría todo.

 

Como aquel aborrecible vapor oscuro

que al despuntar el alba del día 20

se llevo a mi madre.

 

Como una piedra

24 horas caían desde el infinito

y se zambullían en una agrietada luz.

 

Incluso el ojo aparentaba ser una piedrecita

que iba por ese río oscurísimo

de un instante a otro instante.

 

Oh madre mía

qué doloroso es volver a ser un niño

y no abrazarte nunca más en este mundo.

 

Qué le diré a Paul?

que sólo fue una coincidencia

que te hayas ido cuando meditaba

en sus palabras sobre la muerte.

O acaso alguien en el cosmos

quiso unir esos versos contigo

para siempre?

 

Flashback y tu silencio

la conversación con el poeta Paul Nilsson

que no escucharás madre mía.

 

Ya no podrás ser la auditora número uno

de mi programa radiofónico.

Y qué será de la gatita regalona

que te busca en tu sillón favorito

o recorre tu casa maullando

cuesta abajo?

 

Y yo me protegía en el reverso de la noche

en busca de la inasible luz.

 

Entonces me dije

no negaré lo inútil de la tarea

derramaré sin pudor mis lágrimas.

 

Como un tsunami

se expandirá mi tristeza

por todas las habitaciones.

 

Semejante a una llama mi llanto

quemará mi rostro

y mi cuerpo con él.

 

 

EL EFECTO BOOMERANG

 

La lubricidad cae en el bosque

y la yerba húmeda crece

en movimiento circular

sobre el clítoris luminoso de la tarde.

 

En la cúspide del deseo

hay labios en sucesivas capas de frenesí.

 

Labios abiertos

como un túnel hembra

en las azules exaltaciones oníricas

que bordean la playa.

 

Agitación a la orilla del mar

donde los pelícanos

sin pudor enseñan a los peces

sus mandíbulas

llenas de una insaciable hambre

por poseerlo todo.

Humedad existencial

en las papilas de un fuego abrasador.

 

En el horizonte permanecen los peldaños

de quienes tomados de la mano suben

para alcanzar lo más profundo de los afectos.

Olas y signos de fuego yacen a los pies.

 

Y yo amé su cicatriz de mujer

que derrite mi cráneo

sacando de mi garganta

gemidos acumulados por años.

 

En recia columna

agito su genética suave y líquida

expandiendo un universo de sabores salinos

y humedales nocturnos.

La voluptuosidad que no se agota

en una sola tarde de verano.

 

Pero un día

su cuerpo cayó

inundando de un extraño fuego.

El deseo bajo un código

que sólo se abre en la oscuridad

y olvida copular

en las horas más bellas del día

extraviada del efecto luciérnaga del sexo

los dedos y su máquina de negación.

 

Doloroso fue sentir lo cóncavo del aire

su fuselaje roto

el efecto boomerang

de todo aquello.

 

Feroz fue el silencio

la lejanía que cayó sobre el mar

la oscuridad en territorios de escombros

hasta que el ciclo se cumplió.

 

Mil caballos de fuerza disiparon la niebla

y así recuperé el sentido de los cimientos

de las olas.

 

 

EN LOS RINCONES MÁS ABSURDOS DE LA MAÑANA

 

A pesar de la crueldad

comprendo que debajo de las membranas

húmedas del aire

la hierba no ha dejado de crecer

y el oído del Padre

nunca ha dejado de escuchar.

 

Percibo en la vía láctea

brillar pequeñas y grandes luciérnagas

las que jamás conoció Charles Darwin

en sus conjeturas

sobre la evolución de las especies.

 

Un resplandor en espiral

acrecentando el sentido de millones de galaxias.

 

En tanto en otra historia

el Apolo 11 y su viaje a la luna

fue un gran salto a la nada.

 

Por eso

bajo la lluvia temprana y tardía

conservo epístolas y profecías

contra la muerte

sosteniendo con el tic tac

de los relojes del porvenir mi corazón.

Desechando la blasfemia de los incrédulos

en las madrigueras de la ciudad.

 

Donde la luz es asolada por negros cuchillos

y hay expresiones de amargura

oscilando a la orilla del acantilado

junto a las turbulentas aguas del espejo-tiempo.

 

Donde arrecian los vientos de la soberbia

y los hijos olvidan a sus padres

en los rincones más absurdos

de la mañana.

 

Donde la lengua de Caín

aún deja caer su saliva

sobre el arco de la mano

los dedos y su máquina de negación.

 

 

UN RELOJ INTERMINABLE

Fue inevitable recordar

el unicornio

el mar florido

la mariposa nocturna.

 

Algo me hacía sonreír

y el relato reveló

lo que había en el subtexto

lo que había guardado por tanto tiempo

aquello que la lengua de Shakespeare no había dicho.

 

Entonces el relato se desnudaba y acometía

como nunca había acometido.

 

Antes de que te mueras

declaraba en abierta rebeldía

cuando el mundo

parecía impulsar

hacia la superficie la vieja teoría de Darwin

junto con la sentencia de Nietzsche

“Dios ha muerto”

 

Era un reloj interminable

y el flashback

continuaba repitiendo su pulso

mientras la oscuridad no quería soltar la mísera alfalfa

los dedos y su máquina de negación.

 

El caudal

continuaba sobrevolando la habitación

y ella era el sabor

que sazonaba la tarde.

 

La pregunta

la mirada

la espalda

los glúteos

el silencio

el libro sobre la mesa.

 

Como un péndulo

resplandecía

e iba y venía por la elipse del deseo.

 

Acometía como nunca había imaginado.

Rozaba los átomos de la sangre

lo deseado se expandía en la fricción del oxígeno

los gemidos me diseminaban

en las aguas del tiempo.

 

 

SUPONGAMOS

 

Supongamos que tú eras la barca a la orilla del río

quién izaba las velas de la imaginación.

La irrenunciable libertad

en medio de las tribulaciones

Y aunque yo te dije ¡Nunca más!

el cielo aún espejea sobre las aguas del gran río

aún ilumina la ciudad. Ese firmamento

de grandes y pequeñas cosas.

 

O Brahms y su concierto de piano

brillando en los timbales del aire

traspasando el umbral de los sentidos

con una gestualidad tan intensa

que derriba tazas y jarros.

 

Ahora

supongamos que la belleza

es aquel punto de la cocina

donde sartenes y ollas

se desnudan alegres ante la esponja

para bruñir sus metales

con la señal de la luz.

 

Donde

cuchillos y tenedores

entre átomos de grasa y detergente

son convocados

para despojarse

de todo rastro de iniquidad.

 

Donde

me pregunto si acaso un poco de jabón

podría borrar la tristeza

de ese pedazo de hilo

que aún cuelga en mi frente.

 

He aquí la emoción

o el relato que lo guía

y las manos del pianista

cayendo sobre el teclado y los altavoces

trasladando el sonido

a todos los cuartos

con una devoción tan cósmica

que todo lo anida

en el aire.

La fotografía

la gota de lluvia

el humo secreto de la noche

Las notas musicales que caen

salpicando las membranas

de la nostalgia.

 

Todo vuela

la terraza el poema la conversación

los remolinos de papel.

 

Todo por el revés de mi frente

sube en simultánea realidad

para luego caer

en el cáliz

de la tristeza

Donde no podré jamás

alcanzar tus manos

bajo esa omnipresente

oscuridad.

 

 

Agustín Benelli: (Chile). Artista visual y poeta, productor y conductor del programa de conversación “Flashback”. Sus poemas han sido publicados en Periódicos, y en diversas antologías nacionales e internacionales. Invitado por el poeta y gestor cultural Paul Nilsson en 2015 a leer en las ciudades suecas de Malmö y Lund. Ha escrito los textos: Asomado a la palabra, Organigrama del deseo, Caín en el tedio de la tarde y Un corazón de suave plumaje. Creador del proyecto Educación Poética para Chile, de los Festivales Internacionales de Poesía del Biobío y de Poetic Education for the World.

 



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