24 Abr 2024

33. POESÍA ESPAÑOLA. ESPERANZA VIVES FRASÈS

-03 Oct 2021

 

I.

¿qué?

¿qué había allí?

allí el silencio venía de la casa

era

el silencio y su interrupción en el cuerpo

 su representación

¿cómo era?

las plantas se miraban a distancia

las plantas no

se miran unas a otras o sí?

¿es así de sencillo?

se fecundan con el orden geométrico de la luz

 

 

II.

volver  a // trás es la visión del p o e m a

               volver a aquello que sentimos intocable ¡ touch me!

               cavar  ciertos espacios rescatar flores artificiales de

               los rincones  interiores de la casa

warum bin ich hier und warum nicht dort?

                estar fuera de

                lugar

                        […] plantizarnos al aire / boca abajo

a l’horitzó un coxí d’herba

ressona l’aigua cap a dins

la ma 

          r

              r

 

 

 III.FLORILEGIo                                                                                                   

Im Schatten sah ich
Ein Blümchen stehn,
Wie Sterne leuchtend,
Wie Äuglein schön. 
GOETHE

                            

Still in the dark ,  íntimamente

mezclada con la noche,  nit i dia

sépals i petals

 

dos 

 

 mariposas

 

 dos

 

 en

 

 un

 

 rayo

 

 de

 

 luz

 

 corpora

 

 la

 

hierba

 

vuelve

 

intercambiando la màgia tenue de volver - nos –otras

te preguntas

 

cuánto 

 

verde

 

cuánto

 

mise 

 

en 

 

miroir

 

 

IV.

 

A  cuatro  brazas bajo el mar

Las flores que se abren en el jardín,
iluminan la ausencia de cuantos defendieron
este lugar que te convierte en sombra.
DIEGO JESÚS JIMENEZ

 

dos brazos bajo el mar

estela  surco punta  de tacón  de  ala corazón

no  hay límite en los vientos

que no no  alcance la piel

la más allá del ser

y  sin embargo ausencia que aún  te perturba

no te peguntes que hay después de la  muerte sino antes

de la vida

todo es repetición las mismas olas el mismo mar insistente en sus aguas

com un trau que travesses i sagna

recuerdo

sentada en una piedra con los pies colgando a unos centímetros del agua marina absoluta  y extravagantemente  feliz, contemplo  la luz quieta y penetrante que cae  sobre el mar, liberando las sombras, dibujando la leve silueta de unas algas, de pequeñitos peces rojos y moluscos que flotan  en el fondo marino y encienden  aún más la luminosidad del color verde que  brindan las rocas bajo el agua. Sumergida espero  el momento iniciático y mágico. La corriente acerca  una hojarasca de pececillos, algas y minerales sobre la epidermis como palabras entrecortadas o cortadas que aparecen en distintas lenguas, todas ellas articuladas de una manera revolucionaria, libre. La bondad y la belleza primigenias del mundo natural

a cuatro brazas bajo el mar está mi madre

sus ojos débiles tomizas

silenciosas y mudas

nudas

perpendiculares

el mismo  mar lo muda todo

lo nuda

¿qué es la felicidad sino hundirse?

mientras tú  tenías los pies en el agua yo nadaba con los cangrejos y las algas

¿sabes?  ser  simplemente  la sorpresa de vivir y de experimentar la vida con libertad total es el objetivo  final de la creación y  su relación ética

¿ahora dónde están los peces rojos que saltaban con tanta felicidad toda la noche sobre la hierba?

¿dónde está el color rojo de tus labios?

 he visto  la punta de las alas del martín pescador que azotaban la hierba

tenían  un pez en su pico hecho trizas

lo destrozabas

a cuatro brazas bajo el mar hablamos de Dios.

 

 

V

Aquella casa de eucalipto

 a JUAN JOSÉ NOGUERA

no,

               ¿no?

                               ¿notas?

                                                  ¿motas?

                                                                    ¿qué son esas manotas negras en el cielo?¿ manitas?

 

silencios de negra sobre fondo gris…. no no,  deja, deja de poner adjetivos y pon tu voz  entre tú y yo. Entre vosotros. Ahí en medio.  Sonidos  que recomienzan y  enciende la memoria. Sueños.

Caminaba llevando un zarcillo de partituras mojadas bajo el brazo.  En silencio un murmullo de voces crecía y decrecía entre la música y los eucaliptos, redoblado por el latido húmedo del viento.  Casi hasta sus pies unas  estrías  sin formas ni contornos  descendían a través de estratos. Imaginar es así. Nubes escupiendo pájaros hacia los ojos.  Miraba el  color ceniza  del cielo, sutilmente moteado  de escamas negras en clave de fa. Restos, reliquias, restos. Así.  Notas negras, pequeños silencios,  tres o cuatro, quizás cinco o veinte, o veinticinco,  o más de mil,  destellos al fondo del mar que se multiplicaban con la mirada atenta.  Caminaba descalza. Caminaba a lo lejos. Caminaba muy cerca.  El viento movía los árboles y  movía las nubes y el cielo y arrastraba  silencios y  pájaros sobre el mar. Seis o siete o mil o veinte mil   pájaros.  Tenía los pies descalzos y unas partituras mojadas bajo el brazo.  Nubes que recorrían el cuerpo, atravesaban sentidos y  hacían volar de la cabeza a los pies hasta algún lugar en medio de nosotros.

Caminaba por  largas nubes  y arena,  entre el vendaval y  los murciélagos,  entre  negras y silencios. Tenía los pies descalzos.

¿Por dónde la clave de sol? Intentaba escarbar con los ojos entre el cielo.  Los pájaros miraban  hacia abajo, un pentagrama animal  de voces graves ,insectos  y otros bichos. El sol es algo  que no  se espera de los sueños. Un sueño largoooooo,  negro, lleno de  adjetivos que no sirven a las  voces rotas, palabras de agua evaporada, música, maullidos, graznidos, graznidos lejos,  graznidos cerca.

Las ráfagas de viento especiado  lo arrastran todo, sueños,  recuerdos, ondas heridas o algo más sutil. E mirou o ceo como a primeira vez que pintas un paisaje y  quieres descubrir la perspectiva  buscando los detalles,  tocando con las manos, recordando  pero ya no era  aquella niña-madre que miraba con sorpresa y  que caminada cada día con las partituras mojadas bajo el brazo. Ahora la piel se pega a las nubes como los pájaros al viento, como el viento que sopla hacia atrás, hacia atrás como una casa vacía, como la ventana  huérfana  que miraba las nubes buscando  los muertos, los mirtos, los mirlos. Ni aquellos murciélagos  dormidos  ni la   melodía de su risa.

ni tú ni yo

El silencio en  las ruinas de aquella casa   murió  entre los inviernos.  Ahora  sus viejos tabiques, el jardín desolado de  los eucaliptus, sus notas de cuando la joven brisa rozaba el jazmín frente al mar, se fue con los saltamontes a otro lado.  A veces las ráfagas o su aroma me encuentran con los pies o las manos. A veces ni  veo nada, nada más, ni tan solo una nota olvidada.  Quedan en  mi casa golondrinas esculpidas en piedra negra como la noche ,anduriñas  clavadas en la pared con un fondo azul , también un gato de piedra y hormigas rojas en el jardín.

Niña, deja ,deja de poner adjetivos porque ni tu ni yo podremos  borrar aquel olor de los eucaliptos,  ni tú, ni yo su frescor entre la brisa bajo los eucaliptos,

 ahora que ni   tú, ni yo nos sentamos  de noche  en los escalones frente al mar,

                                                   

                                                                           ¿recuerdas?

 

 

VI

Here comes the sun

 

El aire fresco de la mañana

respirar

te escucho mientras viajas desde el Guadalquivir

viajas  viaje  viajo

 

la luz llega

respirar

here comes the sun  -  dices

parece que hubieran pasado años -  digo

el aire mueve ahora mi cabello como

los tallos de las cebollas que brotan olvidadas

y el apio verde

el minúsculo movimiento del fenchel y la risa tierna de su aroma en la comisura de los labios

esa forma de mirar frágilmente

la ternura es pequeña - pienso

la ternura es esa forma de mirar

la ternura es lenta leña de la hoguera

en la palabra hogar está la madre 

respirar

sueño de Polifemo  azul ciruela

yo miraba la forma de las hojas de los álamos

eran grandes como las palmas de la mano de mi padre y  como la nervadura de tus manos 

tan cerca de nosotros tres

hechos  de vapor azul

agua en la boca jugando a ser jardín o  sustancia primordial

el lugar más feliz es la copa de los árboles

Iregua

es la forma de mover las manos la misma forma de tus pies al  caminar como una memoria de la lengua

el tono de tu voz inesperadamente me lleva al bosque

 hogar  esos brotes tiran de mí pero lo ignoro

el cuerpo  fundido en el bosque se hizo semillas iluminando la ausencia de las sombras

¿qué dices?

Qué?

hoy yoh podría llamarme Georgia o’keeffe

eu amo el paisaje de aquel lugar

 

 

VII

Dicen los hombres

 

Dicen los hombres

Que la infancia es un pájaro libre

 

Dicen  que …

el   viento sabe que vuelvo

 

gira gira molinillo de agua

  y

 llama al sol

 

pájaros  hierba   árboles  flores

traed  la infancia  a mi  otra vez

Pájaros hierba  árboles flores

gira

 gira 

gira otra vez

trompo  cometa 

 y 

barquito con cascara de nuez

 de almendra amarga 

 y 

membrillo azul

 flor que  da fruto 

y

muere otra vez

dentro  del  vientre

te encontraré

 

Esperanza Vives Frasès nació en el Atlántico, creció en el Mediterráneo y vivió en el mar Báltico. Entiende lo poético en su sentido más abierto de creatividad. En 2021 ganó el primer premio internacional de poesía “Crátera Experimental”. Como editora (editorial el gato azul) ha creado libros de artista, libros encuadernados a mano y con grabados originales como Die Verwandlung (1990), Die grüne Kirsche (1994) Diciembre (2010) Tánger, (2012) Helor (2014) Maiazul (En proceso). Ha publicado artículos en diferentes revistas y   ha colaborado en proyectos culturales como gestora cultural. También ha hecho exposiciones de grabado xilográfico y fotografía. Es co-directora de la revista de arte Dislexia.

 



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