18 Abr 2024

331. POESÍA COSTARRICENSE. VERNOR MUÑOZ

-20 Oct 2021

 

LA JUSTICIA DE LOS ÁRBOLES

 

No tendrá más almas esta casa.

Saldrás ahora

por el tubo del lavabo

buscando la luz que gotea en el precipicio.

 

Como un oso de gelatina

atado a la cadena de los años

en vez de caminar

unirás principio y fin

de tu historia fallida

larga

como la más larga cañería

sin alma ni presagio

acabarás vaciado en un parque oscuro

donde solo hay árboles, condones y jeringas

y los amigos imaginarios

son tan reales

que amarás la esclavitud de tu baldío.

 

 

ALBORÁN

 

En la isla hay un faro

rodeado de espaldas negras

que brillan inertes

al paso del guardacostas.

 

Allí está el horizonte

y el arpón

clavado en la patera.

Hiede a petróleo la muerte:

es un chorro de plomo

la mano de un muchacho

que el agua se traga

en el confín de la noche.

 

 

SOLDADITO DE PLOMO

 

Le conté a un desconocido

lo que perdimos.

 

Al amparo de una cantina

di detalles

cité a conciencia cada guerra.

Como ácido vencido

la saliva carcomió las palabras

liberó la derrota que celebro

al regresar ileso

a mi desmayo

y por fin

cedí a quien nada importa

el resabio de oxígeno

que las llamas lamen

al recordarte.

 

 

SIMULACRO DE INCENDIO

 

No hay nadie en casa.

Son las diez

quizá las doce

y el mercurio bate el frío

en el fondo del patio

junto a esqueletos de bicicletas

listas para la batalla

y barricadas de zinc

cubriendo sus recuerdos.

 

Camino de norte a sur

para cultivar el anarquismo

de los hábitos.

 

Río mientras pienso

pero al final

hablo de cualquier cosa

con cualquier cosa

y la noche se derrite

en un mar perdido.

 

Allí lanzo las redes

contra las horas

y regreso

en otra piel

al mismo mar.

 

Quizá sobreviví:

 

el silencio

es un búho

que flota en el hielo.

 

De Simulacro de incendio 2018.

 

 

DESCRIPCIÓN XVIII

 

Me parezco a las cosas sin nombre.

Sigo mi rastro nebuloso

Y las calles que son otras

Huellas de asoladas mataolas.

 

Camino por senderos de mi piel.

Siento mis pasos diminutos

Sobre la hierba de mi vida.

 

Mi respiración mi transpiración

Siento el sudor del pensamiento

Que no puede pensar más que sentirme

Como espadas de un dios abandonado

Entre cáscaras de lava y selva.

 

Me parezco a los mástiles del cielo

Que las arañas tejen.

A los viejos corazones

En el aire tumultuoso.

Nunca soy.

 

Camino como el ciervo sin alas

Enarbolado por la bruma de mi infancia.

No puedo caminar más que sentirme.

 

Acaso un siglo curte

Un año

Un segundo decimal

Atasca del doble címbalo del pulso

¡Esta indefensa admonición!

 

No es posible regresar de donde no he partido.

Soy

No soy

La huella volcánica del tiempo.

 

Espero a alguien que vendrá.

Alguien que ayer ató mis pasos

Y entró en mí sin decir una palabra.

 

 

CONFIESO QUE HOY ESTÁ LLOVIENDO SOBRE MÍ

 

Confieso que hoy está lloviendo sobre mí.

Que la lluvia agrieta

Las manos de este mayo deambulado.

Mayo suficiente

Para obligarme a no ser el ancla

Hombre mayor

Sino una curva luminosa

Que divide

Otro adiós sonoro.

Confieso que la lluvia me hace falta

Que nada más puede faltarle

Sino tú.

Lluvia adentro.

Mandril de yerba que gotea

Mientras cada cosa tuya me deserta

Y ya no queda más que la ciudad sin ti.

Confieso ser la voz

La resaca de tu cuerpo

Lluvia mía.

Que nada derrumba el abandono.

Que mayo no clarea

Ni el olvido

Ni la llama que ha quedado

Humedecida

Y sola.

 

Del libro Flor con llave 1989

 

 

MAR POÉTICA

 

Un muñeco de arena

Lanza sus brazos al mundo

 

Muerde la voz

 

Un muñeco de arena

Que el viento levanta

A la luz de la luna viviente.

 

 

RÂ

 

El Sol

 

Hilo de aceite

En la arena.

 

Poemas del libro Noche es Mar 2005

 

 

Vernor Muñoz (1960) es autor de las novelas Neblina púrpura (2017) y Cómo ríe la luna (2015), del libro de cuentos Infinita razón de los sueños (2005), con el que obtuvo el Premio Nacional “Aquileo J. Echeverría”, de los poemarios Flor con llave (1989), Noche es mar (2005), Geografía del tiempo (2006) y Simulacro de incendio (2018), y del libro de cuentos para niños El ornitorrinco y otros inventos maravillosos (2005).  Su ensayo El mar entre la niebla (2009) fue traducido al alemán y publicado en 2012 por la editorial Barbara Budrich, con el título Meer im Nebel

 



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