10 Dic 2024

109. POESÍA ALEMANA. MASCHA KALÉKO

-01 Nov 2021
Poesía

 

Hace casi diez años, una vuelta del destino lanzó sus barajas a favor de mi suerte. Recuerdo con esa nitidez, que promete un antes y un después, aquellas vacaciones en mi Mérida natal. La noche anterior había perdido el celular en el furor agitado de una discoteca, ahogando no sé qué luto de amores, al ritmo de “Du Hast” de Rammstein. Solo sé que la intensidad de unos ojos muy azules me rescató del despecho y pensé en corresponder con un buen poema en la próxima cita. Yo, por mi parte, no sabía nada de alemán (solo balbuceos desafinados de Du… Du hast… Du hast mich). No me atrevía a escribir algo propio en castellano porque, el dueño de esos ojos, apenas entendía nuestra lengua; nos hablábamos con la mirada. Busqué armas de seducción para el encuentro de unas horas más tarde.

Fui a un cyber café y en el traductor de google tecleé: “palabras que se hunden en silencio”; quería algo que nos acercara. Con el resultado de la traducción al alemán empecé a rastrear algo que mereciera la pena escribir en un papel, citando la autoría. Mi intención era demostrar la posibilidad del coqueteo ante la divergencia de dos idiomas. Según eso, la mirada y la poesía bastarían para atizar la llama que los labios no podían pronunciar. De las opciones que arrojó el buscador, una me cautivó de inmediato, no pude seguir viendo nada más.

Así conocí a Mascha Kaléko y perdí el hilo de todo cuanto había planeado aquel miércoles 22 de febrero del 2012. La primera punzada me la dieron sus ojos de pantera. Una foto en blanco y negro de esa mujer atisbando al abismo. Entonces, el poema se me reveló como un trance. Sentí de pies a cabeza la posesión de esos daimons que nos llevan al arrobamiento, conectando nuestra alma con lo divino en cierto borde impreciso parecido a la locura. La experiencia de aquella vigilia exaltada, éxtasis espiritual rayano al fervor místico, me hirió con su melancolía.

 

Das letzte Mal

Du gingest fort. – In meinem Zimmer
Klingt noch leis dein letztes Wort.
Schoener Stunden matter Schimmer
Blieb zurueck. Doch du bist fort.

Lang noch seh ich steile Stufen
Zogernd dich hinuntergehn,
Lang noch spuer ich ungerufen
Dich nach meinem Fenster sehn,

Oft noch hoer ich ungesprochen
Stumm versinken manches Wort,
Oft noch das gewohnte Pochen
An der Tuer. – Doch du bist fort.

 

El poema se titula Das letzte Mal, algo así como “La última vez”. El antepenúltimo verso del poema se podría traducir como «Muchas palabras se hunden en el silencio». Ahí estaban las palabras, una a una, dando sentido a algo más grande que nosotras, algo que solo es posible en la irracionalidad del espíritu.  

Durante unos meses estuve tras la pista de alguna selección poética de Mascha Kaléko traducida oficialmente al castellano, sin éxito. Hasta que, en octubre de ese mismo año, encontré la gran noticia: Tres maneras de estar sola de Mascha Kaléko se había publicado en España. La traducción del alemán al castellano y la edición estuvo a cargo de la también poeta Inmaculada Moreno. Por distintas razones, solo hasta el 2018 logré que un amigo encontrará el libro en España, para recibirlo al otro lado del oceano. Esperé con la emoción de una niña que va a destapar su regalo de navidad.

Tres maneras de estar sola, es capaz de tocar todas las fibras de un ser humano. La soledad atraviesa su obra desde varios ángulos. Una buena forma de resumir el pivote de su poesía lo explica Inmaculada Moreno en la introducción:

 

“Mascha Kaléko vivió distintas formas de soledades, pero fue una la nostalgia que arrastró a lo largo de toda su vida y esa fue la memoria del Berlín de su juventud. Luego vinieron otras, sin duda más dolorosas, como la muerte de su hijo; pero ninguna tan temprana y tan constante como la que sintió por la ciudad que prohibió sus primeros libros y la obligó al exilio.” (pág.7)

 

El libro está estructurado atendiendo el criterio temático con el que dialoga la traductora y editora de la obra. La primera parte se titula “La reflexión y la ironía”, le siguen “La nostalgia” y “Los amores”. Cada sección nos hechiza con sus palabras. La protagonista, sin que se piense en una obra rigurosamente autorreferencial, es la propia Mascha Kaléko.

Esa mujer migrante buscó la razón esencial del hogar que había perdido. Lo primero en extraviarse, al cruzar alguna frontera, es el sentido de identidad, nuestra casa y cada recuerdo que hemos atesorado en sus rincones. Sabemos cuándo comienza el camino del destierro, pero no sabemos dónde nos llevará ni por cuánto tiempo. Acompáñemos entonces a Mascha Kaléko en su errancia, en ese juego suyo entre sarcasmo, melancolía, soledad y memoria.

Amarú Vanegas.

 

 

VERSE FÜR KEINEN PSALTER

 

Ich möcht in dieser Zeit nicht Herrgott sein

Und wohlbehütet hinter Wolken thronen,

Allwissend, daß die Bomben und Kanonen

Den roten Tod auf meine Söhne spein.

 

Wie peinlich, einem Engelschor zu lauschen,

Da Kinderweinen durch die Lande gellt.

Weißgott, ich möcht um alles in der Welt

Nicht mit dem Lieben Gott im Himmel tauschen.

 

Mir scheint, ein solcher Riesenapparat

Von Finsternis und Feuerwerk verpflichtet.

Hat Er damit ein Wunder wohl verrichtet,

Wie seinerzeit Er’s in Ägypten tat?

 

Lobet den Herrn, der schweigt! In solcher Zeit —

Vergib, o Hirt, — ist Schweigen ein Verbrechen.

Doch wie es scheint, ist Seine Heiligkeit

Auch für das frommste Lämmlein nicht zu sprechen.

 

Herr Zebaoth spaziert im Wolkenhain

Und schert sich einen Blitz, wie ich das finde.

Ich möcht in dieser Zeit nicht Herrgott sein.

Wie aber. sag ich solches meinem Kinde?

 

 

VERSOS PARA NINGÚN SALTERIO

 

No quisiera ser Dios en estos tiempos

y reinar resguardado tras las nubes

omnisciente de bombas y cañones

que escupen a mis hijos roja muerte.

 

Qué penoso escuchar un coro de ángeles

si por la tierra suenan los llantos de los niños.

Diosabe que por nada me cambiaba

con el Querido Dios allá en el cielo.

 

Pienso que semejante maquinaria

de oscuridad y pirotecnia obliga.

¿Ha realizado acaso algún milagro

como hiciera en sus tiempos en Egipto?

 

¡Alabad al Señor que calla! En tales tiempos

—y perdona, Pastor— es el silencio un crimen.

Sin embargo parece que Su gloria es no hablar

ni siquiera a favor del Cordero más manso.

 

El Señor Sabaoth[1] pasea por el bosque de las nubes.

Lo que yo opine a Él le importa un rayo.

No quisiera ser Dios en estos tiempos.

¿Y cómo se lo explico yo a mi hijo?

 

 

NACHTS

 

I.

Es hat an meine Tür geklopft.

Ich wagte kein „Herein"!

Doch klopfte es ein zweites Mal,

Ich sagte wohl nicht nein.

 

Noch war das Sterben mir so fremd.

Das war, als es begann.

Doch, schläft man oft im Totenhemd,

Gewöhnt man sich daran.

 

II.

 

Die Nacht,

In der

Das Fürchten Wohnt,

 

Hat auch

Die Sterne

Und den

Mond.

 

 

DE NOCHE

 

I.

 

Llamaron a mi puerta;

no me arriesgué a dejar pasar.

Pero llamaron otra vez;

no me negué ya más.

 

Aún la muerte me era extraña.

Todo empezó tal cual.

Nos acostamos en mortajas,

una se llega a acostumbrar.

 

II.

 

La noche

en la que

el miedo

habita,

 

también tiene

estrellas

y a la

Luna.

 

 

DIE ZEIT STEHT STILL[2]

 

Die Zeit steht still. Wir sind es, die vergehen.

Und doch, wenn wir im Zug vorüberwehen,

Scheint Haus und Feld und Herden, die da grasen,

Wie ein Phantom an uns vorbeizurasen.

Da winkt uns wer und schwindet wie im Traum,

Mit Haus und Feld, Laternenpfahl und Baum.

 

So weht wohl auch die Landschaft unsres Lebens

An uns vorbei zu einem andern Stern

Und ist im Nahekommen uns schon fern.

Sie anzuhalten suchen wir vergebens

Und wissen wohl, dies alles ist nur Trug.

 

Die Landschaft bleibt, indessen unser Zug

Zurücklegt die ihm zugemeßnen Meilen.

 

Die Zeit steht still. Wir sind es, die enteilen.

 

 

EL TIEMPO ESTÁ PARADO

 

El tiempo está parado

somos nosotros los que transcurrimos.

Y si vamos lanzados en el tren nos parece

que casa y tierra y hatos que allí pastan

se escapan de nosotros como espectro.

Alguien saluda y luego, como en sueños, se esfuma,

con casa y tierra, con farola y árbol.

 

También así el paisaje de la vida se mueve,

dejándonos atrás, hacia otra estrella

y en su mismo acercarse se nos está alejando.

En vano pretendemos detenerlo,

bien sabemos que todo es sólo un espejismo.

 

El paisaje se queda, en tanto nuestro tren

deja atrás esas millas que ha medido.

 

El tiempo está parado.

Somos nosotros los que huimos.

 

 

EMIGRANTEN-MONOLOG

 

Ich hatte einst ein schönes Vaterland —

So sang schon der Flüchtling Heine.

Das seine stand am Rheine,

Das meine auf märkischem Sand.

 

Wir alle hatten einst ein (siehe oben!),

Das fraß die Pest, das ist im Sturm zerstoben.

O Röslein auf der Heide,

Dich brach die Kraftdurchfreude.

 

Die Nachtigallen wurden stumm,

Sahn sich nach sicherm Wohnsitz um.

Und nur die Geier schreien

Hoch über Gräberreien.

 

Das wird nie wieder, wie es war,

Wenn es auch anders wird.

Auch wenn das liebe Glöcklein tönt,

Auch wenn kein Schwert mehr klirrt.

 

Mir ist zuweilen so, als ob

Das Herz in mir zerbrach.

Ich habe manchmal Heimweh.

Ich weiß nur nicht, wonach...

 

 

MONOLOGO DEL EMIGRANTE

 

—Yo una vez tuve patria hermosa.

Así cantaba Heine el fugitivo.

La suya estuvo junto al Rin,

la mía en tierra de La Marca. [3]

 

Todos tuvimos una (¡ver arriba!)

que consumió la peste,

que se ha desmoronado.

Oh, rosa de los páramos pequeña,

 te ha tronchado Alpoderporlaalegría.[4]

 

Los ruiseñores han enmudecido,

buscan una guarida más segura,

y sólo buitres gritan

por encima de hileras de sepulcros.

 

Nunca será de nuevo lo fue

aunque cambiara,

aunque sonara la campana amada

y no vibrase más espada alguna.

 

Ocurre a veces que me siento

como si el corazón se me rompiera.

Tengo nostalgia algunas veces

y yo no sé de qué...

 

 

DER FREMDE

 

Sie sprechen von mir nur leise

Und weisen auf meinen Schorf.

Sie mischen mir Gift in die Speise.

Ich schnüre mein Bündel zur Reise

Nach uralter Vorväter Weise.

Sie sprechen von mir nur leise.

Ich bleibe der Fremde im Dorf.

 

 

EL EXTRAÑO

 

Hablan de mí sólo en voz baja

y señalan mis costras.

Ponen veneno en mi comida.

Hago los bártulos, me marcho

a la ancestral manera de mi estirpe.

Hablan de mí sólo en voz baja.

Sigo siendo el extraño del lugar.

 

 

DAS BERÜHMTE GEFÜHL

 

Als ich zum ersten Male starb,

—Ich weiß noch, wie es war.

Ich starb so ganz für mich und still,

Das war zu Hamburg, im April,

Und ich war achtzehn Jahr.

 

Und als ich starb zum zweiten Mal,

Das Sterben tat so weh.

Gar wenig hinterließ ich dir:

Mein klopfend Herz vor deiner Tür,

Die Fußspur rot im Schnee.

 

Doch als ich starb zum dritten Mal,

Da schmerzte es nicht sehr.

So altvertraut wie Bett und Brot

Und Kleid und Schub war mir der Tod.

Nun sterbe ich nicht mehr.

 

 

EL CÉLEBRE SENTIMIENTO

 

Cuando morí por vez primera

—aún sé cómo ocurrió—,

morí en silencio y fue del todo,

pasó en Hamburgo, el mes de abril,

y yo tenía dieciocho.

 

Cuando morí por vez segunda

la muerte me hizo daño.

Yo te dejé bien poca cosa:

el corazón batiendo en tu portón,

sobre la nieve huellas rojas.

 

Pero al morir por vez tercera

no me dolió ya tanto.

Tan cotidiana como el pan

y los vestidos fue la muerte.

Ya no me muero más.

 

Poemas del libro Tres maneras de estar sola, editado y traducido

por Inmaculada Moreno. Editorial Renacimiento, 2012

 

Mascha Kaléko (1907-1975) nació como Golda Nalka Aufen en la Galitzia polaca y vivió dos años en Marburgo antes de que su familia se mudara a Berlín en 1918. Exiliada en los EE. UU. desde 1938, pasó después casi 14 años en Jerusalén para acabar sus días en Zúrich. Estuvo ligada a la estética de la Neue Sachlichkeit, a la que también se rindieron escritores como Kästner, Rin gelnatz o Tucholsky. El sarcasmo, la cotidianidad y una factura clásica del verso fueron sus principales aliados y, aunque el exilio al que la obligaron los nazis acabó infundiendo en su poesía una profunda melancolía, sus versos no renunciaron nunca a la sátira. En los países de lengua alemana Mascha Kaléko es, hoy en día, una poeta muy reeditada y querida.

 

 

Inmaculada Moreno (El Puerto de Sta. María, 1960) Poeta, traductora y crítica literaria. Coordinó durante 4 años (desde su creación hasta su último número) la revista Pliegos Sueltos de la Academia, dedicada a la traducción literaria. Algunos de sus poemas han sido musicalizados. Recientemente ha publicado una investigación, fruto de su tesis doctoral, sobre la influencia de T. S. Eliot, en el poeta español Felipe Benítez Reyes. Ha publicado cuatro volúmenes de poesía: Son los ríos (1998), Poemas para sobrinos (2006), Igual que lava oscura (2008) y Donde la hoguera verde (2011). Con este último trabajo ha ganado el XV Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza y ha sido finalista del Premio Andalucía у de la Crítica.

 

[1] Sabaoth es la forma española para el hebreo Şeba’ot que significa «ejér citos». En el Antiguo Testamento y aplicado a Dios señala generalmente a los ejércitos de Israel durante la conquista de la Tierra Prometida. Nótese el contraste buscado por Kaléko Dios paseante entre las nubes. que opone a la imagen belicosa de la Torah un Dios paseante entre las nubes.

[2] En VfZ aparece este mismo título para designar una de las cuatro partes en que queda dividido el libro.

[3] Se refiere indudablemente la autora a la Marca de Brandeburgo, región histórica cuya capital es Berlín.

[4] Kaléko hace un juego de palabras usando el nombre de una organización Nacional Socialista alemana, Kraft durch Freude que yo traduzco Al poder por la alegría a la que pertenecían todos los trabajadores a través del Deutsche Arbeitfront, la organización nacional para el trabajo. La KdF se en cargaba de organizar viajes, conciertos y actividades lúdicas y culturales para los trabajadores, impuso las vacaciones pagadas así como vigiló la salubridad y belleza de los lugares de trabajo con la filosofía de conseguir trabajadores fuertes y creativos para triunfar en el mundo.

 



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