20 Abr 2024

341. POESÍA COLOMBIANA. FRANCISCO BÁRCENAS FERIA

-22 Nov 2021

 

ANOMALÍA GRAVITACIONAL

(Memoria del río)

 

La ciudad se llena del río

que se extingue lento por las cañerías.

Pedazos pegajosos de río

se escurren en las ruinas de todos los hombres.

El agua llega aunque se camine por su otra orilla

a inundar

destrozar los cuerpos en un segundo de contacto

y la ciudad gime 

gime de tanto río regado por sus calles.

 

Y el río gime más hondo que dios

y arranca a la ciudad de su latido:

sale a pasearse por el corazón

del hambre

y lo seca.

 

 

EN TRANCE CON EL RÍO

 

Yo tuve una larga conversación con el río Cauca y me lo dijo todo

JAIME JARAMILLO ESCOBAR

 

Y yo tuve una conversación nocturna con el Sinú y me dijo que viviría en mi carne. Ese día me acerqué temeroso. Voces de su otra orilla instaban a lanzar mi cuerpo sobre él. Negras raíces de su orilla arrullaron mi oído con la voz de la ausencia: aquella voz selvática que volvía a pedir que me lanzara a las aguas, a los cuchillos que aguijonearon mi carne.

Estuve obligado a huir de su orilla.

Huía y un ­­trance midió la carne de mi pecho con su hilo de barro, entonces volví a su orilla a obedecer los deseos de sus aguas.

Sus voces volvieron como cripta.

Volver fue como volver a la infancia a escuchar esas otras voces punzantes de la carne que piden ser descifradas para desbordarse. Cuando el río empiece a secar su cauce, por la mano podrida de un dios metálico, criaturas amarillas arrancarán mi corazón para darle paso al polvo.

El Sinú vivirá en mis huesos, lo supe esa noche.

 

 

VACA NEGRA

 

Herí mi corazón huyendo del sueño

en el que se inundaba el mundo.

Turbia fue la rabia del río

que se volcó contra mis ojos.

De él salieron las hormigas de fuego

que devoraron mis manos

y llevaron mi rostro frente a un espejo

convertido en la vaca negra

que rumió

la otra orilla del mundo.

 

 

RÍO EN BOCA DE RANA

 

Escuchar las voces turbias del río

en la rana que degüella su garganta

en la orilla del camino 

o ser la rana que canta en la entrada del bosque

o ser

con los oídos resecos de escuchar su garganta

los cuerpos esparcidos en el río

y hacer un movimiento frente al agua

para minúsculo

descubrir que estoy en la orilla del bosque

cantando en boca de rana

la melodía de la ausencia.  

 

 

HOMBRES DE HAMBRE DULCE

 Siempre escuchamos la persistente gotera.

ELVIRA HERNÁNDEZ

 

Paisajes gimientes para el hambre que talla el río

el sol pasa y se hunde en el centro de doscientos años de ausencia

de repente la lluvia ocurre llevándose brazos del río

con estómagos hambrientos

 

Los cuerpos sudan

y la tormenta hace de su brazo

un río que borra al hombre.

Las madres preguntan al dios del agua

por la orilla de agua que no borre la ciudad entera.

 

El asfalto hierve vientos oscuros

sofocantes goteras destrozan los tejados.  

El hombre se moja con miradas de pan

y espera a que se escurra el día.

El día se escurre

y ahora brama en el sueño del hambre.

 

Corrosivas las goteras:

El hombre desde las entrañas de su casa

sana su tejado.

Su casa como puerta de agua

el agua como puerta giratoria

para las falsas carnes

que aparecen en sus pesadillas.

 

Repartir el hambre por el día

es escurrir la vida en las manos,

repartir al hombre por el día

es escurrir el centro de su corazón.

 

La muerte pone al río en disposición del hambre.  

 

 

ENCUENTRO INESPERADO CON EL RÍO 

 

Cientos de moscos pululan en el río 

a cincuenta y nueve segundos

antes de que caiga la noche 

mi rostro entra en escena 

a diez kilómetros por miedo

y el río se me pega en los poros.  

Mi boca se abre en señal de asombro 

y los insectos ahora 

copulan 

con un pedazo de agua

en mi vientre.

Intento salir de la escena

y caigo siendo mosca 

en su orilla.  

 

 

EL AGUA DE LOS SUEÑOS

 

Rotas están las puertas de

la tierra.

CZELAW MILOSZ

 

Pescar del agua del sueño una puerta abierta

que te lleve al patio de tu infancia

para decirle a tu padre que no sacrifique animales frente a ti 

que no haga pactos con tu dolor para honrar su apellido

ni que use el patio para festines con tiros al aire

mientras tu fragilidad es descubierta sola

delante de tu garganta

solo escuchada por el río.

 

Abrir la puerta

y detener siete veces la mano de tu padre

y siete veces perdonarle

y siete veces escribirle el mensaje en su sangre:

La infancia hala como la criatura blanca

ahogada en el centro del río. 

 

De Bramidos de agua dulce (2020)

 

 

Francisco Bárcenas Feria (Montería, Colombia, 1997). Poeta y licenciado en Literatura. Fue ganador del premio regional “Mesa de Jóvenes Jorge García Usta” de PoemaRío- Barranquilla en 2018. Autor del poemario Bramidos de agua dulce (Escarabajo 2020). Incluido en la antología Como la flor voces de la poesía queer colombiana contemporánea. Sus poemas circulan en revistas nacionales e internacionales.



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