26 Abr 2024

404. POESÍA MEXICANA. DANIELA REY SERRATA

-08 Mar 2022

 

I-A

 

Muerde mi piel, niña

Muerde para probar la carne que nos ata

¿Recuerdas correr al jardín?

A esa comparación entre las arrugas y el balbuceo de un bebé

 

Las voces se marchan

Dicen eterno y nos dejan tristes

 

La bebida cae

 

La mirada se lija

 

Ahora la expulsión de nuestras bocas no significa nada

Y miro tu inocencia, miro cómo muerde

 

Cada visita que se aloja es un marchitar de albahaca

Mas la ofensa no es la permanencia, sino que se cimbran de huesos

Mientras estamos tan cansados, tan óxido que no deja sanas las espuelas

 

No desertar los caminos tras ver las ataduras y los caballos tajados, dices

Mira mi costillar, niña, las jaulas que nadie cree posibles,

el entumecimiento matinal

el cuero mutando a germen

el mercurio que se ha vuelto baba.

 

 

INDIA EN UNA NAVE

 

Desconocer el mando

Mirarme descubriendo el encallamiento,

Dentro de otro huso horario

Dentro, sin mantenernos estables, más bien fluctuando

Con la categorización y una etiqueta de régimen

 

Cuán útil es el grito en pleno norte

si en este pedacito de Golfo se pierde la voz,

si en Kerala ya se derrama la luz, aunque dijiste que estaríamos;

pese a que te situé con honor y, finalmente, la piratería

 

Qué afortunado, dices

La tierra sin el cáncer es, pero contigo

Comencemos despejando,

ponía todo en cuanto me era posible:

la piel | el cantar | los peces más grandes

 

Porque el amor es un movimiento que no daña los arrecifes,

hoy la razón abandona el puerto

Ya que las minas reventando dentro mío son gladiolas,

hoy el barco es a ti un pedazo que se adhiere,

un niño buscando lactancia

 

O quizá, ese indio en bicicleta conociendo Kerala entre las mismas calles

 

                                                                                          [de su barrio

 

Si en tu altura está la vista que se hiela,

no busques la humareda,

no busques ser lo complementario al tiempo como al destino

 

Porque la libertad es un ciclón que atraviesa los estados,

esta mañana mira la tonalidad finita del brote,

entendiendo que el tornasol es sólo un reflejo de los escombros

 

O quizá, nuestros continentes eran demasiado extraños para seguir

 

                                                                                  [en sus fauces.

 

Te esperan en Ernakulam

Y yo que soy siempre la montaña inamovible en esta costa,

apreciaré tu avanzar por todos los límites

 

Te contemplo,

como quien mira su destino discurrir entre los aconteceres inevitables;

como quien está por caer al voladero y ya se encuentra desgajado

 

Borealidad, si es que no te he invocado

es por el miedo de que tu existencia sea sólo otro sueño atroz

 

                                                   [que me hace despertar feliz;

 

y es que el sueño siempre es un ave con chapado de oro en el pico

 

                                                         [anunciándome desgracias

 

En este tiempo,

la ciudad,

las tardes se vuelven azores al par del color,

al oro del espíritu que sólo es comparable con las dimensiones

 

Hemos visto el romance de las décadas,

la importancia de estar mutando de toro a bello jazmín,

la vitalidad de esta muralla

que nunca había permitido que le arrebataran los cuernos, las dagas,

y que hoy, derrumbas todo.

 

 

NO ENCONTRAREMOS LAS LÍNEAS (FRAGMENTO)

 

¿Somos personas o solo puentes?

 

Las palabras, los silencios —dices

 

Una palabra sana directa a la aorta o la ausencia tajante de ésta es un proyectil

 

Se ha pedido libertad

 

Se ha llorado por

 

Dime

 

¿Has pensado en algún ave en particular?

 

¿Te has releído hasta el punto de quiebre?

 

Somos puentes entre la soledad

y el hallar algo estable

que cubra los baches enormes

de esa calle periférica

 

Queremos salir corriendo

 

Pienso en las barrancas

es como estar al filo de una,

en un lugar al que le ha llovido por semana entera

 

El agua es constante,

la tierra está suelta

El mínimo peso ajeno

hará que la barranca se desgaje

 

Pero uno no corre

aunque lo anhele tanto

Uno no sabe cómo

Uno es solo un puente

que cae en aliteraciones mientras nos come la vida adulta

 

Cerrar aquí

Colocar mal el candado y que todo se fugue

 

Seré al menos quien deje el broche

 

Nadie lo habría hecho mejor

 

Al final solo somos la cerilla que,

según Faulkner, uno enciende en medio de un campo oscuro,

y esa cerilla no sirve para iluminar nada,

sino para ver mejor la enorme oscuridad que hay alrededor

 

 

Daniela Rey Serrata (México) Escritora, editora y ajedrecista. Autora de Caesar (Editorial Literal, 2017) y Cadenas de Silicio (Editorial Sol Negro, 2021). Tiene estudios en Lengua y Literatura, Creación Literaria y Administración. Su obra se ha publicado y compilado en diversos diarios, revistas y antologías de América, Europa y el Caribe, como la recientemente publicada Post Judas, selección de poetas jóvenes mexicanos y cubanos (Editorial Literal, 2021)

 



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