PROHIBIDA LA CAZA DE MARIPOSAS (I)
ORUGA EN MOVIMIENTO
El hielo peligra
Su sombra también
Dentro de un hueco curvilíneo, he llorado
Al mirar al fondo, los niños no encuentran la mano de sus padres
Allí ha quedado mi útero juvenil y sangrante
infinito de posibilidades.
Luz
Desapego de ti y de este amor interminable
Luz uterina que alumbra los graves designios de la cacería
La puerta al mundo y su humanidad no se quiebra aun cayendo
Desciende incapaz en un instante de espera
Tripas en bandejas desaparecen en el oído adusto de una obstetra
(Una que fue muy amiga de Ansel Adams)
Dispuse mi cuerpo para la última verdad
dispuse mi red para que el exterminador midiera con sus reglas.
Dispuse mis frágiles antenas y la oruga babeó una flor de nieve dentro de mí.
Los cazadores consiguieron habitarlo todo
La gelatina opaca de mi cerebro dejó de ser blanca y fría
Y se hizo filigrana en la penumbra
Dejé de diferenciar el brillo de la luna de los falsos ojos de saturnia
mis pupilas castradas. Me derretí en su deseo y penetré ese umbral transparente
Ella estaba en el mundo
Ella era el mundo
Yo la había parido como sangre blanca que inocula el verano
Y fui su madre una y mil veces, hasta que se generó el gran éxodo.
Fuimos tan felices como agujas que hilvanan el alma trasparente,
por largo tiempo pudimos escapar de los depredadores y desaparecer en las costuras del deshielo.