30 May 2023

446. POESÍA ARGENTINA. IGNACIO OLIDEN

-13 Ago 2022

 

ESCENA EN LAGO ESPEJO

 

Pétalo negro

espeso sueño de pieles arrayanas y troncos fríos

 

Hundo la mano en la luna, tomo una piedra negra,

la interrogo intentando sacarle alguna antigua espuma,

pero responde con una campanada única de silencio de catedral

 

            El aire drena la oscuridad con su voz de pájaro

y en las huellas se infiere el fondo de la copa de vino

 

                                                            Neuquén, 2022

 

 

TORRE DE BELÉN

 

pues el alma vá,

que el cuerpo se quede

CAMOENS

 

Vi alguna vez el mármol de Camoens

recostado al pie de una torre

donde duerme el mundo en el ojo del Tajo

Vi afuera en la bahía al cielo rojo en que resbalaba su cabeza

 

Ese cielo busco hoy

     el del sol de la sangre

     el sol que arde sin verse

            esa voz que habita tras mi sueño

 

Mirtos de la infancia, los arrancaré conmigo

Vamos a soltar los papeles al viento

     a despertar a Camoens,

que tiene sus huesos en algún pozo

pero el sueño en el agua

     y fuera de ella

                        la rosa en la mano

 

 

DE CAMINO

 

En Buenos Aires la noche cae como un buitre,

y los pájaros, los perros, los niños se han ido

Las caras sin gesto se someten y se integran al paisaje

     C’est la lumiére, mort de l’etoile

 

Bajo los números luminosos la gente se apolilla

Mis plantas tiemblan mientras el subte recorre su círculo infernal

     llevado por su río de almas tomadas del barandal

 

En el colectivo, que tambalea diagonales hasta el camino largo,

abro mi ventana para este viento que llega desde todos lados hasta mi cara

     y que es la verdadera rama, y yo el pétalo azul

 

  

X

 

¿En qué momento se levantaron estos muros

y estos barrotes numerados?

Los demonios se han escabullido poco a poco

y afilan sus cuernos detrás de los estantes

 

Mientras tanto, yo

            que escribo y muero en un mismo movimiento de mi mano

            que me desangro rimando y recordando me desgasto

            que finjo consumar las páginas que me consumen

juego a que estoy vivo

aunque atento permanezco a la ventana que se abre a mi frente

     y que me invita a crucificarme

 

Sé que hay un poeta que ha encontrado la belleza,

y que al salir del palacio se dio muerte con su daga

Sé que hay un alto rey, está en los libros, que no pudo desoír esa belleza,

y que sin repetirla, aun mendiga en los caminos de Irlanda

             Esa suerte no quiero

 

Sentado espero con mi banderilla humilde

                        las manos ocupadas

                        mi lomo reclinado

                                    capa para la embestida

Tal vez me arranquen lo verseado

y cuando se sacudan, lo suelten azarosamente en cualquier sitio que parezca el paraíso

Entonces yo caminaré en las plazas

 

 

ORACIÓN NOCTURNA

 

La sala y la mesa habituales, y el ventanal,

al verde antes, todo negro, inútil,

y no hace más que recordarme

a esa pésima, pésima cosa de Rothko

que llaman pintura y que llaman capilla

y que tanto gusta a los turistas de domingo

 

y entre el silencio y las paredes

una voz brilla por su ausencia

y en una esquina un enrejado abre su boca de barracuda

y yo lo miro patéticamente porque es viernes

y porque no he sacado ni una nota en toda la semana

y ahora mismo podría estar durmiendo

o adelantando un escrito judicial

(aunque para eso debería remontar el río de Velarde)

en vez de encender y apagar la lámpara

que alumbra un volumen de versos de Catulo

y cataliza la disolución de tres hielos

que a su vez arruinan el disolvente,

igual que yo quisiera disolverme y remontar ese otro río

            Ah! si remontara el río de Velarde

así lo haría, arrastrado,

dejando a la pasada

en una rama la camisa,

en otra mi reloj,

en otra la pluma,

remontando el río de la infancia,

que no el de las faltas

que a Montcorbier negaron

el suave colchón

y la casa

 

                        Miser Egnati, desinas ineptire

deja la angustia en el sillón como se abandona una sandalia en el barro,

y de decir estupideces,

y haz algo útil

                        Este es tu árbol bo

Llena el libro moliendo el grano de la noche

y evita que el sol caliente las ásperas aguas de tu vaso

 

Ignacio Oliden (Buenos Aires-Argentina, 1997) es poeta, crítico y traductor. Se desempeña como editor de la revista La Piccioletta Barca (Cambridge, Reino Unido), donde dirige la columna de traducciones “Paraphrasis”. Además, traduce y escribe en Buenos Aires Poetry  y en el “Suplemento de Cultura” del Diario Perfil (Argentina). Su trabajo ha aparecido impreso en periódicos, antologías y revistas literarias internacionales. Su poesía ha sido traducida al inglés y al griego.

 



Compartir