LAS CUERPAS
I
La cuerpa fue tomada
obligada a parir
como la virgen
quemada y trozada
desgarradas las ropas
abandonada sin una mirada de ternura
ni una mano que le ayudara a levantarse
vendida
cambiada por una vaca
la vaca cambiada por una cuerpa
Encerrada en paredes de concreto
con un cristo llorando sangre
expulsada de casa con el sexo húmedo
amurallada
sin poder sentir más el sol en las manos
desollada
tirada en la basura
rociada con ácido
mutilada
No hay culpables
ningún pueblo ha colgado una cabeza en una alhóndiga
ninguna hoguera ha ardido con miembros flácidos
ninguna cárcel se ha abarrotado
ni se ha escuchado un grito de hombre
desesperado
por piedad
II
La cuerpa es el silencio desplegado hasta la pelvis
profundo como si fuese grieta
al fondo
donde nada cae sino se desliza
donde escurre sangre por las paredes
digo sí
y entonces pueden entrar a beber lxs amantes lamiendo
la sangre bendita
espasmos son los latidos
humedad los misterios gozosos
La cuerpa es un temporal blandiendo árboles
no es Estado ni Patria
sino un territorio libre
donde las tristezas tienen origen
para cada una
desde un minúsculo
destello cae un llanto justo
Es nuestro cuerpo
la piel caída
el vello como una ponzoña sin veneno
salvaje como el encuentro de dos animales
que parecen matarse pero que en realidad se aman
el cabello terso inagotable es nuestro
las estrías
historia de una piel
que crece y se acomoda
víbora
reptiliana
piel recia y áspera
y el corazón que se hace dos
areolas
suaves como las cosas más suaves de la naturaleza
lo saben quienes han acariciado un pétalo
tocado a un gato
o sentido el viento con los dedos
En la cuerpa conozco el paraje de mi placer
y el olor que despido ante el peligro
me lleva
me detiene
estos son mis intestinos torcidos por la angustia
esta sed que traigo es de cargar tu tesitura
esta taquicardia es el tiempo
que alerta la caída de tu vida
por la barranca
Esta conciencia del daño que he hecho
y que no pretendo ocultar
el alma que amanece incómoda
(algo falta para ser
una culpa de no conseguirlo)
mientras el sol y el aceite sobre la sartén
anuncian un nuevo día
es el lugar que habito
donde hay consuelo cuando estoy triste
el hogar del que no habrá que mudarse
es mía
con ella cruzo los baches los topes las avenidas
doy a la carretera al muro a los árboles
con las tarántulas las ardillas las ratas y las serpientes
con el día en la montaña
con la noche en la montaña
con el silencio
otra vez
me sostengo defendiendo el espacio que ocupo
como una tierra labrada bajo el sol
como el sudor por recoger el fruto
como una lluvia que derramada sobre las hojas
comienza el ciclo de la vida
¡¿Qué es una cuerpa?!
Es este delirio que me pertenece
Nuestras cuerpas están sembradas
y han dado frutos de locura
perversa y raída
pero también luminosa
Nada es tuyo
hombre histórico hombre de raza
hombre de medicina hombre de letras
hombre de ciencia hombre de negocios
nada es tuyo
y ciertamente tampoco nuestro
detrás el tiempo cíclico nos reclama volver
a la noche que cierra nuestros ojos
como pasa también con las gallinas en el corral
al día que nos levanta
no al sol que dice
ven
trabaja
paga por nosotros la deuda
sino el que sí calienta
como antes el fuego que no es hoguera
como antes la luz que no es eléctrica
la de ese momento
cuando se formó la primera célula
con el amor y con el odio
sin que ninguno se desbordara
HELENA
Helena me escribió para comunicarme
que por fin había decidido qué hacer con su vida
compraría el terreno de la huasteca
donde creció su abuelo
haría una casita chiquita
con una biblioteca chiquita
y una cama para las visitas
plantaría café
y muchas vainillas.
Helena
te quiero
sé que los tubérculos que sembraste en tu casa
deben extrañarte
ahora que no hay quien los saque de la tierra.
Hace ya dos años que te fuiste al mar
donde el sol entibia las orillas
y tus pies friolentos y blancos se entierran como caracoles.
A veces pienso en Goyo
tu perro
que se enoja cuando unx se despide
¿qué sentirá Goyo?
Acaso un vacío de volver al silencio
después de que la voz humana
rítmica
le comunicara que podía dormir a los pies de alguien
sin que nadie prestara mucha atención a eso.
Una vez, cuando hice daño
me decías que la maldad es orgánica también
y se transforma
un odio pesado en el pecho y en los párpados
puede florecer en púrpuras hiedras de ira y perdón.
Me tradujiste el “Ars poética” de Dorothea Lasky
“eres un poema bípedo —me dijiste—
como el de Lasky”.
Supiste que nunca aprendería esa lengua
pues se me hizo tarde para eso
y al final
yo quiero que los gringos aprendan español
o cualquier otra lengua.
Helena
una vez tú escribiste:
“¿Qué van a nutrir los muertos en un suelo de concreto?”
y no sé
de veras no sé
pero creo que de ahí proviene el olor de las coladeras.
Tú vives para perpetuar a la naturaleza,
sabes mirar a los ojos a Sunú (su nombre, que significa maíz en rarámuri)
la gata
y a veces te pones triste
con una tristeza liviana
incluso, más ahora que cuando eras niña
cuando leíste sobre el multiverso y sentiste miedo de la muerte.
Pero en la huasteca no visitan esos fantasmas
tal vez
Cihuacóatl llore por sus hijos asesinados hace quinientos años
o la que ahogó a sus hijos en un río
porque no tenía cómo mantenerlos
tal vez
una cadena se escuche
y sabrás que viene el gallo con pies de cabra
a encender el fuego
y llenar los hogares de calor.
Porque no hay calor más espantoso
que aquel que funde el smog y ablanda los caminos de chapopote
el aroma a neumático y agua podrida con jabón
que también hierve.
Sólo me falta decirte
que sería un gran sueño
poder beber un café que tú hayas cultivado
en una taza modesta
quizá rota del asa
mientras me cuentas otra vez
la divertida historia de tu tía cataléptica
que se levantó del féretro
y enojadísima
gritó:
“¡A ver ya, compórtense!”
A ORILLAS DE LA PLAYA
Una foca se acercó a la orilla de la playa
¿acaso sabemos por qué los animales se acercan a la orilla?
Quizá buscaba mantener una cierta temperatura en el cuerpo
tal vez venía a disfrutar de la brisa
a descansar de tan largo viaje
tomar el sol y a observar el horizonte
esperar la noche
o a otra que cansada como ella
le haría sentir que la vida ocurre en su orden natural.
Fue apaleada y apedreada
hasta desmayarse
para que niñas y niños pudieran retratarse a su lado.
Un gesto de la humanidad
un miembro blandiéndose frente a la montaña
eyaculando sobre las flores
cayendo como ácido sobre las lombrices que se retuercen
penetrando la entraña de la tierra
quiero decir
el callado
dolor
de la naturaleza
para que al crecer esxs hijxs
no lloren por ella.
Apagarán los cigarrillos en una almeja viva
y comerán carne animal traída de los mataderos
tres o cuatro veces al día
sin hambre.
Lo malo es la rabia con la que arrancamos su piel
que no es la misma que la de los leones cuando devoran al ciervo traído por las leonas
ni como los buitres que se nutren de la carne descompuesta
para no desperdiciar el sacrificio de la vida
ni es como mi abuela preparando la tortilla
para las gallinas
con las que después nos daría de comer.
Las olas seguían llegando suaves a los pies humanos
y el cuerpo moribundo que ahí yacía
después de la foto
fue devuelto al mar
sin dar tiempo a que despertase.
La espuma siguió siendo un paisaje hermoso en el horizonte
ningún dios del Tlalocan se anunció con una tormenta
Ningún Titán ni nereida
asfixiaron a esos hombres al nacer
ninguna sirena los enloqueció
Todo sucedió ante la impunidad
de todxs los dioses de lxs que se tiene registro.
Tania Jaramillo (1989, México, CDMX). Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Nacional Autónoma de México. Autora del libro Las cuerpas (2022), publicado por Malpaís Ediciones. Otros de sus poemas han sido publicados en las revistas: Periódico de poesía UNAM, L´Ordinaire, Latino-américain y Norte/Sur; asimismo, ensayos en Altura desprendida. Participó en “Versos Peregrinos. Lecturas de poesía”, organizado por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP), y en el encuentro “Cuatro poetas latinoamericanas” para la Feria del Libro de Caracas 2020, asimismo participó en el Encuentro Internacional de poesía en Milpa Alta 2022. Es parte del consejo editorial de Dogma editorial, sello que recoge las voces disidentes antecesoras y contemporáneas.