LA RONDA
I
Se abre como compuerta una pupila/ no me desoriento en la ferocidad/ si crece un punto de luz en la zona del mordisco/ algo brilla.
II
¿Cuántas gaviotas has encontrado en la palma de tu mano?
III
Dices que nadie quiere vivir en el mar, porque lo llevan dentro.
IV
Cuando un niño te dice que un árbol es el mundo, un árbol es el mundo.
V
Matriz de la gravedad en relación con las estrellas
VI
Si alguna vez tocaste un erizo, pudiste notarlo: todo lo filoso, corta.
VII
¿Quemaste los puentes? ¿Por qué no has llegado?
VIII
Corre como caballo en la juventud, gato que observa el paso del tiempo en la piel.
IX
Es normal incendiarse si llevas una lámpara en las manos
X
La muerte del padre es el desgarro; todo se desprende, orfandad repentina, hasta volver a sentirse sostenido eternamente. Has vuelto a casa.
Muraku, verifica la temperatura de las aguas termales. Sube a la alcoba, ponte el kimono, con precisión de sastre revisa las costuras, que no se vea nada roto Muraku, que los señores feudales no detecten con su experticia alguna humedad en tu rostro. Dicen que los hombres feudales sólo esperan tu sonrisa Muraku, un vestido impecable, una conversación con mesura. Y beber sake.
Lanza aquel grano de arroz en los sembradíos no cubiertos por el pantanal. Respira pausado y escribe un haiku Muraku, alguna métrica perfecta sobre la primavera y el cerezo, sobre el corazón que nunca duda.
Hanna, hermana mía, no importa dónde estés, con tu cabello rojo cayendo en los hombros, temblando de frío por la nieve, con un corazón ardiente. Caminaste durante siglos en la profundidad del bosque, descubriste dónde está el claro y la aurora, donde se escondieron los animalitos perdidos en las raíces de los árboles, tomaste agua de los arroyos, te alimentaste con cantos. Y ahí estabas tú, Hanna, con tu cabello encendido, tus ojos siempre apuntando al horizonte infinito. Infinito es lo único que existe.
Hiroki teje su río, sube la colina y divisa un mundo, el viento, sí, ella dice que el viento ha estremecido a las hojas caídas en el otoño, y suenan, se alejan o se acercan. En su pisada hay peso de sacudirse el espanto, en el sur, en el norte, en el este y el oeste, todo junto, sí.
Arqueóloga de puro indagar memorias, reunir pistas en caminos encumbrados, astrónoma de puro contar anillos de Saturno, navegar las lunas, resistir a urano, intentando encender el Sol.
Hiroki mira el deshielo, se cose y se descose, suelta las amarras del barco, inicia su propia isla, funda su propio reino y despide a los náufragos. Extiende su mano y sus dedos, señala con pétalos dónde está el cobijo del árbol que ahí se queda, que no se va.
Camila, tú, la de la tez pálida, ida tú a los acordes del tango. Gabo el extrañante te insinuó en su canción. América la nuestra, América matices y bemoles, no te hemos entendido, América. Hay mucho rostro que no quiere parecerse a ti, y tú en cambio nos cobijas, América, y nos das de beber agua de las prístinas fuentes. Nosotros nos damos la media vuelta y tú nos insistes con jacarandas. ¿Viste Camila? Cuál es el origen del tango.
Rokia, ennegrecida de belleza, tus manos tocan la guitarra y el balafón, aunque tu familia noble lo prohibiera. Ébano, Rokia, si, ébano. Así se construyen los barcos, así se sueltan las amarras, así se va creando una salida al mar, Rokia. Cerca de los ríos, cerca de las aguas caudalosas, un canto borra las fronteras dolientes entre los cuerpos de agua.
THE NIGHT
La noche es un diluvio en las entrañas
columpiándose.
La noche es en el soñante
una esfera deshaciéndose
vociferando en el silencio
su canto.
Fallecimos como astros,
violentísima radiación sideral.
-
¿Cuál nombre puede sostenerse tras el paso de un huracán?
Dime qué hay de cierto en todo lo que se derrama.
¿Qué es lo que permanece después del vaivén líquido de todas las formas?
¿Cuál país puede ser el tuyo cuando ya no quede un nombre?
Hay que vestirse de amapola y de nenúfar
y de todo lo que estalla en pistilos con el aire.
-
La noche es larga;
el sonido del agua
dice lo que pienso.
KOBAYASHI ISSA
FUGAKU SANJŪROKKEI
Buscamos la ola, Hokusai
Aquella de Kanagawa
¿A cuántos barcos se llevó?
Dime donde queda en mí el Monte Fuji
Cuéntanos de aquella última erupción
En las que hojas calcinadas
Y esparcidas en el aire
Como pequeñas partículas flotantes
Sobrevolaban las cabezas de los hombres
Con íntimo lenguaje
Hay sonidos que no se olvidan, Hokusai
La nieve cayendo
Cubriéndolo todo
Una mano que se abre
Pura
Para recibir el blanco.
Luego, la quietud, la tranquilidad mortal del rocío.
ELIZABETH SCHÖN
Mover repentinamente de un lado al otro un cuerpo suspendido/ tus pies rozan con el aire/ una nube entra sin disimulo/ una masa de gas ha invadido los reflejos.
Frotar las manos haciendo fuego/ buscas en el viejo jardín de los cofres sin abrir, algo que no concluya en desastre. El terremoto de los cuerpos se nos anuncia en el vuelo desenfrenado de los pájaros/Fukushima en tu mirada me arrastra/ enlazas tu pupila a mi pupila, lo nuclear ha sido irradiado.
He regresado a los siglos en ti, he vuelto al lenguaje de los acordes salvajes de los astros.
Buscas en mi mirada algo que te recuerde la brisa fresca del agua/me acariciaras con tu mano tibia en mis zonas estrelladas/ Pronunciaremos el nombre nuestro redondo como quien menciona la orbe de los cuerpos celestes/Luna/ Sol/la dulzura de los escenarios.
Un cisne blanco aparece / luego otro cisne aparece/la lealtad de quienes se encontraron en el lago/extendiste tu mano.
Dira Martínez Mendoza. Licenciada Estudios Internacionales (Universidad Central de Venezuela) Especialista en Estudios Avanzados en América Latina (Universidad Complutense de Madrid). Cuenta con dos libros publicados (N)aves por la Editorial Pirata Cartonera y el libro En pistilos con el aire (editado por la Municipalidad de Lima). Forma parte de las antologías Antología postmortem (Editorial Casamanita- México); Prometeo 97- La paz se escribe sobre lava (Revista Prometeo- Revista Internacional de Poesía en Colombia); Antología Literaria Internacional "Poesía Hembra" (Perú, 2014); 102 poetas Jamming (Oscar Todtmann editores); Revista Poesía número 160 (Universidad de Carabobo, Venezuela); Antología de Poesía A voz Limpia (Australia, 2016); Nubes - Poesía Hispanoamericana (Dcir Ediciones-Editorial Pretextos, 2019); Antología Hispanoamericana El vuelo más largo (Ángeles del papel Editores, 2020); Esos raros peinados- Arbitraria Antología Brasil- Puerto Rico- Venezuela (LP5 Editora, 2020). Desde el año 2009 incorporó, en su propuesta poética, intervenciones de cuerpos con poemas. La propuesta de poesía en el cuerpo estuvo participando en White Street Project en Melbourne- Australia en el año 2014 formato light boxes, Latido de la tierra (Exhibición de collages y arte multimedia en el Centro de Arte Frankston en Melbourne- Australia, 2022).